Colombianos fabrican explosivos en territorio peruano

AL DESCUBIERTO. Esta semana la Dircote, junto a las Fuerzas Armadas de Colombia, hallaron en la zona fronteriza de Loreto un campamento lleno de granadas, morteros y cajas de dinamita, que iban a ser usados para fines terroristas en el país vecino.
FABRICADAS ARTESANALMENTE. Se encontraron granadas de fusil que no cumplína con normas técnicas.

El último 15 de julio la Policía Nacional y las Fuerzas Armadas de Colombia desarticularon un campamento en la espesa selva de Maynas, Loreto, donde se fabricaban y almacenaban artefactos explosivos. El depósito ilegal, ubicado a un kilómetro de distancia del municipio de Puerto Nariño, en Putumayo, Colombia, pertenecía a los disidentes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (): la Estructura 48 de los Comandos de Frontera Segunda Marquetalia.

Las FARC, grupo terrorista, firmó después de 50 años de sangrientos atentados, enfrentamientos y secuestros contra el Estado colombiano, un supuesto acuerdo de paz en 2016 con el gobierno de Juan Manuel Santos.

Los que no aceptaron los términos para deponer las armas se recompuso en una célula y huyó a la selva para mantener su violenta lucha armada.

MORTEROS. Se halló decenas de armas altamente destructivas.

OPERATIVO EN LA FRONTERA

La operación ‘Qhaway LLaktay’ —organizada por la Dirección Contra Terrorismo (Dircote)— permitió la incautación de 11 morteros, más de 600 granadas, 200 cajas de TNT, 300 explosivos para minas terrestres, 1,000 cartuchos, entre otros artefactos.

De acuerdo con información de inteligencia de la Policía a la que accedió Perú21, estas municiones son usadas por los desertores de las FARC en disputas contra otros grupos armados para controlar las rutas del narcotráfico en Putumayo.

Los artefactos también son usados durante los patrullajes aéreos y acciones terroristas en la mencionada provincia colombiana contra los civiles y la fuerza pública (Ejército, Policía y Fuerza Área de Colombia).

Este diario pudo conocer que dos semanas antes del operativo, un informante, quien mantenía comunicación con la Estructura 48 de los Comandos de Frontera, alertó a la Policía peruana sobre la existencia de un campamento en la zona limítrofe entre Perú y Colombia.

Según las fotos y los videos proporcionados por la fuente a nuestras autoridades, el inmueble estaba construido de manera artesanal con tablas de madera, y podía albergar alrededor de 30 personas. Tanto el depósito ilegal como la vivienda donde se alojaban los colombianos contaban con una planta de energía diesel.

El informante advirtió que era necesario apresurar el operativo para desmantelar el depósito y así evitar que los explosivos sean entregados a los terroristas de las FARC.

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El 5 de julio, el Poder Judicial peruano autorizó la orden de allanamiento del campamento, luego de verificar la ubicación y el material audiovisual que fue entregado por la Fiscalía Antiterrorismo.

Diez días después, fiscales y un equipo especial de la PNP a cargo del coronel Max Anhuamán —liderados desde Lima por el general Julio Mariño— se adentraron en la profundidad de la selva, utilizando embarcaciones de la policía colombiana y los helicópteros del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas de Perú.

Durante el operativo cuatro colombianos que custodiaban el campamento de armas lograron huir de la zona. No obstante, el despliegue policial sirvió para confirmar la presencia en el Perú de la Segunda Marquetalia, uno de los grupos más grandes de disidentes de las FARC.

Además de los explosivos y armas, en el campamento también se encontró una agenda que tenía anotados los alias de 30 de sus miembros.

En el cuarderno, la Policía pudo constatar los horarios de turnos de guardia que prestaban los terroristas.

La Segunda Marquetalia utilizó una zona estratégica entre Loreto y el Putumayo (Colombia) para montar un depósito de armas y municiones de guerra, y así seguir con sus actividades terroristas.

Según el informe de las autoridades colombianas, esta facción radical se autofinancia de otras actividades ilícitas como el narcotráfico, secuestro, extorsión y la minería ilegal.

Algunos de los municipios, controlados por los disidentes, son los de Puerto Leguízamo, Mocoa, Orito, Puerto Asís, Puerto Caicedo, San Miguel y Valle del Guamuez. Todos ubicados en el departamento de Putumayo.

También tienen injerencia en las comunas de Belén de los Andaquíes, Solita, San José del Fragua, en el departamento de Caquetá.

De acuerdo a la información de inteligencia es posible que existan otros campamentos en territorio peruano. La Dircote ya está investigando y no descarta ejecutar futuras operaciones.

TENGA EN CUENTA

- Según información de las autoridades colombianas, la Segunda Marquetalia fue fundada por el exguerrillero Luciano Marín Arango, alias ‘Ivan Marquéz’, en agosto de 2019.

- ‘Marquéz’, junto a doce cabecillas más, se encargaron de reorganizar y desplegar las extintas FARC en diferentes regiones de Colombia.


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