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Dirigentes regionales del Movadef se reunieron con el congresista Edgar Tello
Desde que postuló al congreso, el profesor Edgar Tello Montes ha pasado desapercibido entre los medios de comunicación pese a sus antecedentes cercanos a la facción magisterial del grupo terrorista Sendero Luminoso (SL). Muchos periodistas –durante la campaña electoral– se dejaron llevar por el mensaje romántico del profesor sindicalista que quería llegar al Parlamento para ‘cambiar la educación en el país’.
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Desde que postuló al congreso, el profesor Edgar Tello Montes ha pasado desapercibido entre los medios de comunicación pese a sus antecedentes cercanos a la facción magisterial del grupo terrorista Sendero Luminoso (SL). Muchos periodistas –durante la campaña electoral– se dejaron llevar por el mensaje romántico del profesor sindicalista que quería llegar al Parlamento para ‘cambiar la educación en el país’.
Pero, en ese personaje se escondía un pasado de violencia y chantaje institucional. Edgar Tello fue representante del Comité Nacional de Reorientación y Reconstitución del Sute (Conare), uno de los organismos generados de Sendero. Además, es el principal dirigente de la célula más fuerte del Conare en la ciudad de Lima, la base 14 en el distrito de San Juan de Miraflores.
Tello fue elegido por Perú Libre, pero al cabo de unos meses formó e integró una bancada denominada Bloque Magisterial en donde agrupó a los parlamentarios más cercanos a Pedro Castillo. Se dedicó a su vida legislativa, pero nunca dejó de lado las acciones en el ala más radical del magisterio peruano.
El último 6 de noviembre, el parlamentario se trasladó a Arequipa para participar en una asamblea de la Fenatep (el nuevo disfraz que usan los profesores del Conare – Movadef). Allí lo esperaron dirigentes aún más radicales que el mismo Tello.
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Uno de ellos fue Lucio Ccallo Ccallata, quien se presentó como secretario de organización de la Fenatep de Puno. El tema sobre el que habló se llamó ‘la importancia y necesidad del sindicalismo clasista’.
Lo que Ccallo quiere ocultar es que sus orígenes están en el Movadef. Fue su secretario general en la base El Collao en Puno. También fue presidente del Comité Nacional de Lucha del Conare en 2015 y su firma está en los planillones del también conocido como brazo mediático de Sendero Luminoso.
Otro personaje que se juntó con Tello fue Moisés Chipana Chipana. En octubre de 2020, reemplazó a Pedro Castillo en la presidencia de la Fenatep. En 2017, ante el Congreso, fue evidenciado como dirigente del Movadef de la base de la Universidad San Marcos. En el gobierno de Castillo, Chipana tuvo las puertas abiertas de Palacio de Gobierno hasta en tres ocasiones. Cuando la prensa le ha preguntó por sus vínculos con los radicales, él ha intentado negarlo.
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A la reunión en Arequipa también asistió el violento congresista Pasión Dávila. El domingo pasado fue protagonista de un repudiable hecho en el Parlamento. El legislador del Bloque Magisterial le metió un puñete por la espalda a un colega.
Este diario se comunicó con Edgar Tello desde las 2:00 p.m. del martes. Sin embargo, primero dijo que tenía una entrevista en otro medio y cortó la comunicación. Entonces, se le enviaron las preguntas para dar sus descargos, a lo que contestó “¿cuándo se dio esa reunión (en Arequipa)?”. Una hora después, pasó el número de su asesor de prensa, pero, este no tenía conocimiento sobre la entrevista solicitada y dijo que se comunicaría con el parlamentario porque este estaba en constantes reuniones.
LA TOMA DE AEROPUERTOS
La estrategia que la extrema izquierda ha usado en los últimos años es la toma de aeropuertos. En 2017, cuando Pedro Castillo comandaba el Conare - Movadef, sus huestes asaltaron los aeropuertos de Cusco, Jauja, Juliaca y Arequipa.
El 25 de julio de 2017 180 profesores ingresaron a la pista de aterrizaje del aeropuerto Francisco Carlé en Jauja. El 26 de julio, de ese año, 80 docentes del Conare asaltaron la terminal aérea Alfredo Rodríguez Ballón.
También, 250 manifestantes intentaron tomar la estación eléctrica Azángaro .
En ese entonces, se abrió una carpeta fiscal contra Pedro Castillo y sus aliados –entre ellos Lucio Ccallo–, sin embargo, cuando la denuncia llegó al Poder Judicial, esta fue desestimada. Hoy, cinco años después, la historia se repite ante la pasividad de las autoridades de turno que en lugar de empoderar a la Policía, han optado por bajarle la moral impidiendo que defiendan –con las armas que la ley les permite– a los ciudadanos de los ataques de estos violentistas.
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