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Rolex para todos
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Lo que se ha concretado el último viernes fue un acto de inmolación. No por parte de la presidenta Dina Boluarte, que con su inverosímil versión de los costosos Rolex prestados no se ha librado de la investigación penal como pretende hacer creer, sino del gobernador regional de Ayacucho, Wilfredo Oscorima. El mentado prestamista.
Boluarte ha indicado que fue la autoridad regional —su amigo, su “waiki”— quien le prestó no uno, sino tres relojes de alta gama, cuyos precios no bajan de los US$15,000 para que los luciera en actividades oficiales “en el ánimo de querer representar bien al país”. Como si una joya de marca suiza fuera una expresión genuina de las raíces peruanas.
Además, aseguró que ya devolvió los tres onerosos artículos al gobernador ayacuchano, en un intento de quitarse la responsabilidad de encima.
Esa postura va en directa contradicción a sus propios dichos, cuando sostuvo inicialmente que al menos un Rolex era de “antaño” y “fruto” de su esfuerzo laboral. Ahora dijo que esa vez hizo alusión a otro reloj, uno que adquirió “hace más de dos años” en Davos, Suiza.
De esa forma, la mandataria ha virado los reflectores que recaían sobre ella hacia Oscorima, quien no ha refutado en ningún momento el señalamiento. Por el contrario, lo ha aceptado en silencio, como un leal amigo, aliado o cómplice, según se quiera ver.
Historia armani
¿Qué deja en evidencia que lo de Oscorima, otrora empresario de tragamonedas y juegos de azar, es un sacrificio? Que, cuando estalló el escándalo, a mediados de marzo, y fue consultado si fue él quien obsequió al menos uno de los Rolex a la gobernante, este lo negó.
“Voy a ser enfático, esta es una patraña de personas malas que quieren hacerle daño a la presidenta; yo no tengo nada que ver absolutamente en este tema. Con eso termino”, manifestó.
El otro hecho es la entrevista que ofreció el gobernador al dominical Cuarto poder a fines de marzo. Esa vez, muy sonriente, afirmó que no entregó ningún Rolex a la presidenta Boluarte.
Incluso mostró un modelo Datejust de acero con oro rosa de 18 quilates e incrustaciones de diamantes similar al que lucía su amiga de Palacio de Gobierno.
“Lo compré para una familiar muy querida”, alegó. En realidad, se trataba del reloj que Dina Boluarte le había devuelto y que este deberá mostrar al fiscal de la Nación, Juan Carlos Villena, el próximo 11 de abril.
El otro acontecimiento es el que protagonizó el gobernador del Cusco, Werner Salcedo, quien al mismo estilo de Dina echó a su colega ayacuchano como su proveedor de relojes y catalogó de “equivocación” haberlo recibido.
Una última prueba de la inmolación de Oscorima es la revelación que hizo su abogado Humberto Abanto.
El letrado confirmó que el mencionado Rolex sí era un regalo de cumpleaños para la jefa de Estado. Sin embargo, según Abanto, Boluarte no aceptó el obsequio.
“El primer reloj, el del 31 de mayo (de 2023), en realidad el señor Oscorima lo compró con el propósito de obsequiárselo a la señora Boluarte”, indicó en RPP.
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“La señora presidenta fue muy firme en decirle ‘me pones en un problema porque esto tengo que declararlo, ¿cómo voy a explicar que tengo esto? No, no puedo’; entonces, él (Wilfredo Oscorima) le dijo ‘igual, úsalo, tenlo como un préstamo si te molesta recibirme el regalo y me lo devuelves cuando te parezca’”, relató Abanto.
La devolución, según el defensor legal, sucedió “entre la última semana de febrero y primera de marzo”, convenientemente solo días antes de la revelación del portal La Encerrona.
No obstante, el último registro fotográfico de Boluarte usando un Rolex es del 11 de marzo, en un evento público por la entrega de nuevas instalaciones del colegio Jorge Basadre, en el distrito de Los Olivos.
Juego de legalidad
Detrás de esa coartada hay una estrategia legal, como lo advirtieron distintos penalistas. Y la mente maestra, según fuentes consultadas por Perú21, fue Mateo Castañeda, el abogado encargado de hacer parecer inocente a la presidenta.
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Hasta Boluarte alegó que, en los últimos 15 días, no contó públicamente los detalles de sus Rolex por recomendación de su defensor.
Los movimientos de Castañeda no dejan rastros. De no ser por las cámaras de prensa, no se habría corroborado su asistencia del viernes a Palacio de Gobierno, para acompañar a su defendida en la conferencia, y la del día del allanamiento, el pasado 30 de marzo, ya que esas presencias no figuran en los registros de visitas a Casa de Pizarro.
Este diario le consultó a Castañeda si, como refirieron las fuentes, fue el responsable de armar el cuento del préstamo de relojes. A ello respondió: “No, es el relato de mi cliente y es su responsabilidad. Lo ha dicho ante la Fiscalía y públicamente en una conferencia, mi consejo siempre es decir la verdad”.
Lo que sucederá ahora es que el Ministerio Público incluirá a Wilfredo Oscorima en la investigación por enriquecimiento ilícito de la mandataria. Humberto Abanto también lo sabe. “Lo tengo absolutamente claro”, respondió sin preocupación a Perú21.
Así, el fiscal Villena hurgará en el pasado de Oscorima para esclarecer de dónde salieron sus recursos para comprar carísimos Rolex como si los consiguiera en la tienda de la esquina.
El político de 62 años ha declarado ante el Jurado Nacional de Elecciones (JNE), para las elecciones de 2021, que no cuenta con estudios técnicos ni universitarios y que solo es un empresario que alquila muebles desde 2004.
Pese a ello, indicó que cuenta con 11 inmuebles, la mayoría de ellos situados en acomodados distritos de Lima, como San Isidro y San Borja. Registra una propiedad de más de S/1 millón 149 mil en el Centro de Lima, y hasta tiene estacionamientos y depósito en el exclusivo Country Club, que, sumados, superan los S/62,000, según su declaración.
Su vinculación con las compañías de tragamonedas se puede constatar a través de sus hijos Mariano y Judith Oscorima Prieto. Ambos figuran en Sunarp como directivos de Sun Inversiones SAC, empresa dedicada a los juegos de azar. Judith también es accionista en Luxur Games SAC, firma del mismo rubro.
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Oscorima padre ya sabe lo que es ser investigado por la Fiscalía. Es procesado en el caso Lava Jato por un presunto cobro de coimas de S/1 millón a la empresa Obrainsa a cambio de adjudicarle la construcción de la carretera Toccto - Condorccocha – Vilcashuamán, valorizada en S/138.7 millones.
Dina Boluarte no se ha salvado del proceso penal. Depende mucho de que su buen amigo Oscorima mantenga la misma versión. Aun así, falta que la Fiscalía tome más testimonios y realice un peritaje contable al patrimonio de la mandataria para advertir un desbalance. Boluarte sabrá pronto si se zafó de un embrollo o si se metió en otro.
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