/getHTML/media/1229342
Nicolás Yerovi: "Celebramos la sobrevivencia"
/getHTML/media/1229339
Fernán Altuve: "¿Presentar candidato de 87 años se puede considerar estabilidad?"
/getHTML/media/1229338
Orgullo de ser peruano: ¿Qué nos hace sentirlo?
/getHTML/media/1229336
Nancy Arellano sobre Elecciones en Venezuela: "Esta no es una elección tradicional"
/getHTML/media/1229265
Zelmira Aguilar: "Alejandro Villanueva creó el estilo de juego de Alianza y Selección"
/getHTML/media/1229195
Cherman: "Quien me quiebra el lado patriótico fue Juan Acevedo con Paco Yunque"
/getHTML/media/1229190
Marco Poma CEO de Tkambio: "Perú está atrasado en materia de 'open banking'"
/getHTML/media/1229009
Javier Arévalo, escritor: "Sin bibliotecas, el hábito de leer no nace en los niños"
/getHTML/media/1228674
Mujeres Aymaras sorprenden con su arte en Desfile de Modas
PUBLICIDAD

El mundo al revés

Inusual el debate entre los ministros de Agricultura y Economía con respecto al arancel de importación que se aplica a los alimentos. Tradicionalmente, el primero siempre buscaba introducir medidas proteccionistas para beneficiar artificialmente a los productores agrarios en perjuicio de los consumidores urbanos.

Imagen
notitle
Fecha Actualización
Fritz Du Bois,La opinión del directordirector@peru21.com

Mientras que el segundo usualmente intenta aumentar la competencia interna reduciendo la protección a la importación.

Sin embargo, en esta ocasión los papeles se han invertido con Agricultura planteando eliminar los contados aranceles a los alimentos que aún permanecen. Mientras Economía, incomprensiblemente, trata de mantener un obstáculo al comercio que no es necesario y que en las actuales circunstancias es aún menos justificado.

En realidad, ante la fuerte alza en las cotizaciones del trigo y del maíz – de los cuales el Perú importa respectivamente 95 y 65 por ciento de sus necesidades– el eventual incremento en los precios internos podría ser elevado. Por ello, lo prioritario en los próximos meses es tratar de moderar el alza de precios para beneficio especialmente de los más pobres entre los peruanos.

Por otro lado, si bien 6% de arancel podrá parecer bajo comparado con el que existía hace algunos años, en el actual contexto de una economía acostumbrada a la estabilidad de precios ese nivel de protección puede tener algo de impacto. Así que lo más adecuado es que no exista barrera de ningún tipo para el ingreso de alimentos importados.

Por tanto, lo correcto es eliminar los pocos aranceles que aún se aplican a los alimentos. Al final de cuentas, lo que se busca es tener una economía abierta y competitiva para que el ciudadano se beneficie de la libertad de mercado.

En todo caso, esperamos que el extraño rechazo de Economía a una reducción arancelaria no sea reflejo ni del facilismo de la inacción ni otra muestra más de una obsesión con la recaudación.