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Grecia y una crisis olímpica

Winston Churchill afirmó que los Balcanes creaban más problemas que los que podían resolver.

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Fecha Actualización
Guillermo Giacosa,Opina.21ggiacosa@peru21.com

Hoy, no sé si recuerdan la frase de Churchill pero sí se ha reavivado la sensación de que todas las crisis europeas comienzan en los Balcanes. Esta vez el protagonista principal de esa zona será Grecia que podría salir de la zona del euro, volver a su antiguo dracma y castigar así aun más a la imprevisora banca europea. A pesar de que Grecia representa apenas el 2% del Producto Bruto Interno (PBI) europeo su salida del euro provocaría un impacto en el sistema financiero cercano al medio billón de euros.

Los rescates a los helenos no han funcionado, tal como se preveía, y la rabia social comienza a aumentar su voltaje. La rabia puede ser contagiosa y no es improbable una endemia de esta emoción se propague en los países más afectados por la crisis. El Banco Central Europeo (BCE), que entiende de números mas no de rabias, ha dicho que sean cuales fueren los resultados de la próxima elección griega, ellos no harán concesiones. La realidad es que hoy cada actor de este drama parece tener libreto propio y que ese libreto está determinado por intereses locales y coyunturales, más que por una visión que considere esa alentadora promesa que fue en su momento la Unión Europea. Me atrevo a afirmar que, a pesar de todas las dificultades que hubo, fue más sencillo crear esta inmensa estructura que modificar la forma de pensar de quienes hoy la integran. De esta crisis, Europa podría renacer alimentando nuevos y peligrosos enconos que es, precisamente, lo que se procuró evitar creando la unión de los otrora enemigos.