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"Hacemos buen teatro, nos falta industria cultural"

Sus padres se dedican al teatro y él no quiso escapar a la tradición. Con 34 años, Mateo es uno de nuestros mejores directores. En sus manos está Chicago.

Imagen
Foto: Rochi León.
Fecha Actualización
Mateo Chiarella,DirectorAutor: Gonzalo Pajares.gpajares@peru21.com

Mateo Chiarella pertenece a la nueva hornada de jóvenes –y talentosos–directores teatrales peruanos. En sus manos está Chicago, el famoso musical que se estrena el 7 de junio en el Teatro Municipal, y que tendrá, como pasó en Broadway, a Marco Zunino como protagonista. Entradas: Teleticket.

Tus papás están metidos en el mundo del teatro. ¿No quisiste rebelarte?Empecé estudiando Publicidad –mi padre también se dedica a ella– porque sentía que era un oficio práctico y muy creativo. El teatro me parecía muy complejo. Pero llevé un curso de dramaturgia con Alonso Alegría y allí explotó el teatrero que había en mí.

Has dirigido a Alberto Ísola, a tu padre Jorge Chiarella, a tu madre Celeste Viale…Uno siempre desea trabajar con las personas que quiere, pero esto no siempre se da y terminamos trabajando con quien podemos. A Alberto Ísola lo quiero muchísimo y mis padres son quienes están más cerca de mí. Con ellos he aprendido a ver teatro, a desarrollar la generosidad que hay que tener al trabajar, el sentido ético de nuestra carrera.

Antes se hablaba mucho del 'teatro comercial'. Ahora esa categoría casi no es nombrada…Antes los territorios estaban muy segmentados, ideologizados. Hoy estamos mezclados. Hoy un actor trabaja con Ísola y, a los dos meses, está con Cattone, lo que me parece muy saludable.

Tenemos una nueva –y talentosa– generación de directores de teatro…Esta cantera ha aparecido porque el teatro ha recuperado un lugar preferencial tanto en el público como en quienes quieren dedicarse a él. Antes muchos se inhibían porque la situación social no era la mejor. Recuerdo haber acompañado a mi padre al teatro y ver en la sala a solo cinco personas, pues la gente no quería salir de sus casas por miedo a la violencia, a los coche bombas.

Hoy hay más escuelas, más productoras, más empresas…Nosotros tenemos Aranwa Teatro, que es una asociación cultural que tiene un centro de formación teatral –donde son profesores mis padres, Alberto, yo y Guillermo Castrillón– y un teatro. Lo bueno de estos días es que puedo decir que vivo del teatro y de sus posibilidades: escribir, enseñar, producir, no solo dirigir. Tengo casa y carro gracias al teatro, algo que antes era impensable. No es el oficio más lucrativo del mundo pero mal no me va y, lo mejor, es lo que quiero hacer: dirijo, escribo, compongo música y enseño teatro.

Eres un director que se ha especializado en musicales…Sí. Dirigí Cabaret, West Side Story y ahora dirigiré Chicago. Es otro lenguaje, tiene su propia estructura, maneja otros códigos y así debe ser entendido.

El pico fue Cabaret…Sí. El elenco era muy bueno, el equipo de Preludio (la productora de estos musicales) estaba maduro y Marco Zunino hizo un papel estupendo. La obra significó varios pasos adelante para el musical hecho en el Perú. Quizás Marco Zunino empezó a ganarse un lugar en Broadway por su trabajo en Cabaret. Además, se nos abrieron otras puertas, no solo en términos personales sino hasta empresariales. Con esta obra todos ganamos.

¿Has visto muchos musicales?Te cuento. Marco Zunino me decía que le asombraba cómo yo lograba un resultado orgánico en los musicales que dirigía sin haber visto las versiones previas, las montadas en otros países. Y creo que mis montajes funcionan porque tengo sensibilidad musical, porque escribo música. Claro, esta vez fui a ver a Marco a Nueva York.

¿Cómo estuvo?Excelente. Además del orgullo que uno siente por el amigo, viví una cosa surrealista: el teatro Ambassador lleno de peruanos aplaudiendo a Marco, y este rodeándose de los mejores bailarines y coreógrafos del mundo, protagonizando uno de los espectáculos más importantes de Broadway. Uno se preguntaba, ¿qué cosa maravillosa está pasando?

Tu versión de Chicago, imagino, no será un copy-paste de la obra de Broadway…No, primero porque, por derechos de autor, no se puede. Segundo, porque me gusta darle una vuelta de tuerca a las cosas. Yo soy feliz creando desde lo que me nace, desde mis gustos, desde mis ideas. Y aunque la gente pueda hacer comparaciones porque tiene otros referentes –por ejemplo, la película–, yo no me enrollo mucho porque siempre se puede ser creativo. No hay que pensar en ser diferentes sino en que lo que uno haga, funcione.

¿Quieres dirigir en Broadway?Quiero dirigir fuera, no sé si en Broadway. Quiero hacer teatro en Inglaterra. Pero uno puede ser feliz haciendo lo que te gusta en tu casa. Y acá, en Perú, se hace muy buen teatro, hay gente de primera, y eso hay que valorarlo. Afuera no se sabe más de teatro que nosotros, lo que ellos tienen es una verdadera industria cultural. Eso nos falta.

AUTOFICHA

- Nací en Lima, en 1978. Mis padres son Jorge Chiarella y Celeste Viale. Compongo música para teatro y tengo una banda de rock. Allí desarrollo mi placer por la música.

- Fui a ver Chicago a Nueva York, pero no para hacer un copy-paste, sino para diferenciarme, para darle una vuelta de tuerca al montaje.

- Ahora todos los teatreros somos parte de una misma comunidad. Ya no se habla tanto del teatro de grupo, del teatro comercial. Estamos mezclados, trabajamos juntos.