Sexo.21: “De Eros a Porno”, una interesante charla sobre sexo

Con ocasión de la muestra artística multidisciplinaria De Eros a Porno, Artemuebleando y el Espacio La Sala organizaron, el pasado jueves 19, una interesante mesa redonda en la que diversas personalidades relacionadas con el mundo de la cultura y el erotismo ofrecieron su visión del sexo, en un tono distendido y didáctico. Como responsable de Sexo21, también tuve la palabra en ese conversatorio coordinado por el poeta y curador de la excelente muestra, Héctor Ñaupari, pero acudí más a aprender que a aleccionar.

LAS COSAS POR SU NOMBRELa primera intervención fue a cargo de Stuart Oblitas, presidente del comité de sexualidad, pareja y familia del Colegio de Psicólogos, durante la que destacó el miedo congénito que sufre la sociedad peruana a hablar abiertamente de sexo: "Una de mis pacientes vino a consultarme sobre la disfunción eréctil de su pareja y ni siquiera era capaz de pronunciar la palabra 'pene'".

Es importante que las personas aprendamos a hablar con naturalidad de sexo para que el oscurantismo en torno a esta parte fundamental de nuestras vidas se diluya. Si ni siquiera podemos mencionar los órganos genitales sin ruborizarnos, ¿cómo vamos a descubrir toda la información sexual que puede elevar la calidad de nuestra actividad íntima y terminar con falacias, falsedades y mitos dignos de la pubertad más desinformada?

TODOS SOMOS RAROSLa intervención de la cantante y bloguera Adri Vainilla trajo mucho brillo a la charla, al poner sobre el tapete la cuestión de hasta qué punto es normal o no una vida sexual muy activa o una erotización radical de la imagen. Para empezar, rompió el mito de la "normalidad": todos somos hasta cierto punto anormales (especialmente aquellos que se dedican a actividades artísticas) y es deseable abrazar esa anormalidad y convertirla en la norma de tu vida, para que otras personas que se sienten distintas tengan una guía que les dé seguridad.

Adri confesó que ella se masturbaba desde los cinco años y que le encanta exhibirse en fotografías. Tales opciones no son motivo para que los hombres se crean con derecho a tomarse libertades verbales ni físicas con nadie: una mujer (cualquier persona en realidad) debe gozar de libertad absoluta para desnudarse o vestirse con su propio concepto de lo sexy sin que los demás ciudadanos tengamos por qué sacar ninguna conclusión acerca de su vida privada. El derecho a la frivolidad y el erotismo personal es también sagrado o debería serlo.

AUSENCIA DE MODELOS ALTERNATIVOSLa pintora Wynnie Mendoza, artista plástica del colectivo Epíteto Báquico, por su parte, destacó la dificultad de los veinteañeros como ella para encontrar información y guías que se salgan del heterocentrismo habitual, donde el hombre y la mujer cumplen roles tradicionales que hoy, en un mundo mucho más libre, no tienen mucho sentido. Pero ella subrayó que sigue siendo complicado saltarse el estamento patriarcal, porque la sociedad todavía censura a quien no desea aceptar restricciones o convenciones sexuales.

El único momento tenso de la charla se produjo cuando tanto Adri como Wynnie reivindicaron el derecho a adoptar la actitud personal deseada sin que los hombres heterosexuales se inmiscuyan en sus decisiones, expresando un sentimiento que no siempre se expone con tanta sinceridad y crudeza: el miedo que muchísimas mujeres sienten en la calle a ser acosadas o agredidas con violencia por el hombre, al creerse este legitimado a liberar su bestia interior por algún estímulo femenino malinterpretado. Paradójicamente, este conflicto sigue siendo el mayor punto de incomprensión entre géneros.

El público participó activamente y se llevó un mensaje claro: el sexo tomado con humor provoca menos reparos y pudores a la hora de abordarlo.

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