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[PERFILES21] Diana Álvarez-Calderón: “Gobernar no es fácil”

La exministra de Cultura hoy integra el equipo del partido político Libertad Popular que tiene como presidente a Rafael Belaunde Llosa y a Pedro Cateriano entre sus miembros fundadores.

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SIN MIEDOS. “Creo que es posible enfrentarse a lo peor y salir adelante”, afirma. (@photo.gec)
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“Me pareció interesante y aprendí mucho”, es la frase que más repite durante nuestro encuentro. Sietemesina, escorpio, madre de cuatro y miraflorina de toda la vida, Diana Álvarez Calderón, ministra de Cultura en el gobierno de Ollanta Humala, recuerda su infancia como la mayor de 9 hermanos que vivían en Lima, pero pasaban todos los fines de semana en la hacienda que tenía la familia en Huaura y que sería luego expropiada por Velasco Alvarado, en tiempos de la reforma agraria. “Cuando yo era chica, mi mamá pidió por su cumpleaños un microbús para llevarnos a todos al norte los fines de semana. Ella manejaba y éramos a veces hasta 18 niños y adolescentes porque invitábamos amigos. Era la que gerenciaba todo mientras mi papá, un ingeniero minero bastante serio y con muy poca paciencia para tener tantos hijos, trabajaba en la hacienda y en otras cosas”.
La política, en paralelo, estaba presente en las sobremesas desde siempre. Esas conversaciones, piensa Álvarez-Calderón, son las que la han impulsado a tomar acción cuando “la cosa va mal”. Su abuelo materno, Luis Gallo Porras, había sido alcalde de Lima tres veces y alcalde de Miraflores. Además, vicepresidente de la República, premier y ministro de Economía. “Él siempre estuvo vinculado al servicio público. A pesar de su buena situación económica, tenía una necesidad personal de servir y decía que desde el Estado se podían lograr muchas cosas y yo pienso lo mismo”, dice Diana, quien hoy integra el equipo del partido político Libertad Popular que tiene como presidente a Rafael Belaunde Llosa y a Pedro Cateriano entre sus miembros fundadores.
¿Dónde se inició tu carrera en la función pública?
Hubo un terremoto en mi familia y tuve que dejar la Universidad (Católica) después de dos años de estudios generales. Nos habían quitado la hacienda, mi abuelo había invertido la plata de las minas en el Banco Popular, que le expropiaron también, y mi mamá se enfermó de cáncer. Así que me puse a trabajar. Entré a la Comisión Nacional de Valores, que era parte del Ministerio de Economía, y me pareció interesante porque pude entender que había otro Perú —más lejos de Huaura— y, por supuesto, más allá del gobierno que había sido hostil a mi familia.
Luego trabajaste en el sector privado, fuiste mamá de tres hijos y luego te sumaste al Movimiento Libertad. ¿Cuándo fue eso?
Los dos primeros años de Alan García fueron como un romance con el Perú hasta que comenzó a ir mal y decidió estatizar la banca. Me pareció que no podíamos tener a alguien que para salvarse hiciera una acción de ese tipo. No tenía experiencia y debe haber pensado que era fácil, pero gobernar no es fácil, es una de las cosas más difíciles y peligrosas que yo haya visto. Cuando Vargas Llosa salió en contra de lo que estaba haciendo, yo inmediatamente me metí a trabajar con él.
¿Te llamaron?
No. Averigüé dónde se reunían y me presenté tocando la puerta y diciendo que quería trabajar con ellos en lo que fuese… A mi esposo no le gustó nada, ahí estuvimos en completo descuerdo, pero yo veía que había una gran posibilidad de hacer cosas y estaba con mucho entusiasmo y aunque después de la segunda vuelta cerró el Movimiento Libertad, yo tuve claro que me interesaban dos cosas: el trabajo con la gente joven y el movimiento liberal en el Perú.
La política ha cambiado, sin embargo, y los resultados en las elecciones ya no son lo que refleja Lima, ¿cómo están trabajando?
Básicamente, estamos viajando para conocer verdaderamente los problemas. Creo que involucrarte con la vida diaria de las personas acerca, y Rafael Belaunde piensa lo mismo.
¿Entonces está decidido que Rafael Belaunde sería el candidato?
No lo hemos decidido todavía. Pensamos que es necesario hacer una elección interna porque creemos en la democracia y quisiéramos una elección entre quienes quieran postularse.
¿Han pensado con quiénes no se juntarían si necesitaran en un futuro unir fuerzas con otros partidos?
Lo que pasa es que yo pasé por la experiencia del Movimiento Libertad cuando dijeron vamos a unirnos a AP y PPC. Si bien tenían una organización, pedían un montón y nosotros estábamos trabajando perfecto, con una mística de trabajo… no me gustaría pasar por esa experiencia que me pareció mala.
Y si no se organizan el centro y la derecha, ¿podría la extrema izquierda ganar espacio?
Yo no sé si el Perú votaría por la izquierda extrema después de lo mal que nos ha ido con Castillo. De alguna manera siento que podríamos haber aprendido algo de todo eso, ¿no?
¿Se juntarían con Renovación Popular, APP o Fujimori, por ejemplo?
Bien complicado. Pero digamos que tendré que ver, no soy yo nomás.
¿Y no les asusta que nuevamente, por no unir fuerzas, se fortalezca un partido como A.N.T.A.U.R.O.?
No, la verdad es que me cuesta tener miedo. Creo que es posible enfrentarse a lo peor y salir adelante. Yo creo que soy una muestra con lo que ha pasado mi familia, lo que nos han quitado, la muerte de mi mamá, etcétera. Digamos, estoy acá parada y con ganas de seguir adelante.
MÁS DATOS
Cuando la menor de sus hijos tenía 6 años, le ofrecieron trabajar en un programa de televisión haciendo entrevistas.
Fue candidata al Congreso por el partido de Fernando Olivera, luego de que pusiera al descubierto el primer vladivideo.
Trabajó en el Ministerio de Justicia por cinco años y a la vez hizo una maestría en Centrum Católica. Sacó cuarto puesto y la tesis de su grupo – Prisión y empresa— tuvo nota sobresaliente.
Fue jefa de Recursos Humanos en la Defensoría del Pueblo, con Beatriz Merino. Fue fundadora del Instituto del Ciudadano y de una ONG que se llamó Desarrollo en Democracia.

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