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Informe.21: Historia de un alcalde (en caída)

El burgomaestre de Lima ya no goza de la misma popularidad que en gestiones anteriores.

Imagen
Luis Castañeda Lossio (Perú21)
Fecha Actualización
Las encuestas dejaron de sonreírle al alcalde de Lima, Luis Castañeda Lossio. De hecho, el burgomaestre se encuentra atravesando el bajón de popularidad más profundo, desde que comenzó su carrera edil en 2003, con un porcentaje de aprobación muy por debajo del 50%. De mantenerse tal tendencia, dejaría el Palacio Municipal a finales de año en su peor momento como político.
Antes y después
Si comparamos los niveles de aceptación que alcanzó el líder de Solidaridad Nacional entre los limeños durante sus dos gestiones anteriores, observamos que esta ha bajado considerablemente en la actualidad.
Así, hacia el final de su primer periodo como burgomaestre, de 2003 a 2006, llegó a picos de hasta 87% de popularidad en los sondeos, habiendo empezado en 48%. 
Ese gran jale entre los capitalinos le valió la reelección inmediata de 2007 a 2010. En este lapso, su aprobación fue constante, a pesar de sus altas y bajas, y se mantuvo por encima del 60%. Si bien empezó mejor de lo que terminó, 85% versus 79%, aquel final no resultó nada despreciable.
La buena reputación de Castañeda Lossio como alcalde lo llevó al sillón edil por tercera vez en 2015, pese a las denuncias por corrupción en su contra.
No obstante, desde que asumió el cargo en la Municipalidad de Lima su aprobación fue de capa caída. A diferencia de lo que sucedió en 2003, esta vez comenzó arriba en popularidad con 63% y fue decreciendo; tras un repentino levante a finales de 2017, volvió a bajar a 35% en febrero.
Tiempos difíciles
Vale la pena recordar algunos hitos en la gestión actual del burgomaestre de Lima que, posiblemente, contribuyeron al descenso de su aceptación.
La primera gran caída del líder de Solidaridad Nacional se dio entre marzo y mayo de 2015, cuando bajó unos 14 puntos en dos meses, de 63% a 49%. En términos generales, esto está relacionado a un tema de desilusión por parte de los limeños, quienes sentían que el alcalde no estaba cumpliendo con sus expectativas, sobre todo respecto a las reformas de transporte y su proyecto en torno al circuito de playas.
Luego de haberse recuperado, en mayo de 2016, sufrió una nueva caída de 63% a 57%. Esta caída se atribuyó a su falta de comunicación política, aparente lentitud para resolver los problemas que aquejan a la capital y el ‘by-pass’ de la avenida 28 de Julio.
De mal en peor
La situación no mejoró para Castañeda a partir de la segunda mitad de esta gestión, sino todo lo contrario. Su aprobación tuvo tres bajones importantes, incluso por debajo de los anteriores, desde enero de 2017. El primero fue justamente en aquel mes, donde obtuvo 45% de aceptación, 8 puntos menos que el mes anterior.
Luego volvió a caer de 52% a 35% entre marzo y mayo de 2017, a raíz del desplome del puente Solidaridad; y de 37% a 29% en julio de ese mismo año, a causa de las deficiencias encontradas en diversas obras realizadas por el municipio y el incendio en la galería Nicolini.
En conclusión, la falta de eficiencia sumada a la mala comunicación que caracteriza al alcalde Castañeda han mellado su popularidad en su tercera gestión. Políticamente, el ‘Mudo’ no ha comprendido que las necesidades de los limeños de hoy trascienden el cemento.