Estas son las cortitas de hoy miércoles 5 de junio de 2024

No le bastó “encerrar” a los periodistas para evitar preguntas incómodas. Ahora resulta que la presidenta Dina Boluarte nos toma el pelo sin sonrojo alguno. Fue ayer, en la ceremonia de inauguración de un colegio, donde una vez más se negó a dar declaraciones, pero además, sonriente ella, les dijo a los hombres y mujeres de prensa que hará “un espacio para invitarlos a Palacio y podamos conversar ampliamente”.

No contenta con ello, cuando un colega le hizo ver que tiene ya casi dos meses sin dar declaraciones, salió con que “los números no cuentan, cuentan las intenciones”. ¡Qué vergüenza! Y más todavía el papel de escudero del ministro de Educación, Morgan Quero, quien pretendió justificar la cura de silencio de la mandataria alegando que “se tiene que construir espacios bien organizados para tener un diálogo alturado y respetuoso”. Uhm, ¿lo dirá por sus colegas ministros que se encrespan cada vez que se les pregunta por el rosario de denuncias contra su jefecita?

Faltan 51 días para la elección de la nueva Mesa Directiva del Congreso, pero ya el congresista Luis Aragón anda calentando motores. El legislador no descartó su postulación a la presidencia del Legislativo, cargo al que postuló en julio de 2023 cuando perdió frente a Alejandro Soto. En esa ocasión el acciopopulista obtuvo 39 votos mientras su mudo paisano logró 77 adhesiones.

El gobernador regional de La Libertad, César Acuña, recién reincorporado a sus funciones luego de una semana de licencia, dijo que “hay políticos sinvergüenzas que ingresan (a cargos públicos) a robar”. ¿Se referirá a las ‘mochasueldos’ de su bancada? “Ejemplo de ser político es César Acuña, que deja todo para servir a la gente, (yo) no debería estar en política, pero lo estoy…”, prosiguió. Y tiene toda la razón, no debería, pero está. Snif, snif.

Sintomático el desliz freudiano que tuvo la flamante presidenta de México. “Hay dos caminos a tomar este 2 de junio. Uno: que siga la corrup... que siga la transformación”, dijo la entonces candidata Claudia Sheinbaum en un mitin, días antes de las elecciones. Un desliz o acto fallido que dice mucho sobre los deseos inconscientes de la socia de AMLO. Y que haría ruborizar a Sigmund Freud.