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Venezuela: gobernar sin Chávez

Como era previsible, la muerte del caudillo Hugo Chávez y la consiguiente e inmediata elección para reemplazarlo en la presidencia causaron una eclosión en una Venezuela extremadamente polarizada.

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Fecha Actualización
Santiago Pedraglio,Opina.21spedraglio@peru21.com

La señal más clara de quién tiene en última instancia el poder real en ese país la dio el propio candidato de oposición, Hernán Capriles, cuando horas después de acabado el acto electoral conversó con los altos mandos de las Fuerzas Armadas.

El gobierno de Chávez empoderó a los militares y, en la práctica, instaló un gobierno cívico-militar.

En el futuro inmediato, el factor militar será decisivo para el rumbo de Venezuela: ¿se abrirá un espacio de diálogo y tolerancia entre el gobierno de Nicolás Maduro y la oposición? ¿O el militarismo de izquierda agudizará la confrontación, con los riesgos de una división incluso en sus filas? Los dirigentes políticos del poschavismo, Maduro y Diosdado Cabello –presidente del Congreso– han supuesto que deben continuar, y en lo posible extremar, los gestos de su jefe histórico: Maduro amenaza a los gobernadores y Cabello hace algo similar con los parlamentarios. Tal parece que existe entre ellos una disputa por ver quién es "mejor heredero" del jefe.

Si esta tensión al interior del chavismo no se resuelve a favor de un realismo elemental, que parta por reconocer que casi la mitad de los venezolanos votaron por la oposición, habrá crisis entre fracciones y descontrol institucional, con el consiguiente efecto negativo para toda la región sudamericana. En política, perder el sentido común termina por producir efectos letales.

Capriles ha dado señales de no querer acelerar la confrontación; pero así como cuestiona los resultados electorales, no debería olvidar que cuando fue elegido gobernador del estado de Miranda, en diciembre del 2012, obtuvo un ajustado 51,83%, y que el mismo día de su triunfo juró como gobernador ante el idéntico sistema electoral que tuvo a cargo las recientes presidenciales.