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[Opinión] Valerie Vásquez de Velasco: Poli bueno, poli malo

Columna de Valerie Vásquez de Velasco

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El presidente Pedro Castillo y el primer ministro Guido Bellido. (Foto: archivo Twitter PCM)
Fecha Actualización
Parecería que Guido Bellido está del otro bando. Mientras el presidente Pedro Castillo asegura frente a los organismos internacionales su línea de gobierno ‘moderada’, desde dentro de su gabinete, nada menos que su Premier, lo petardean. Uno dice “No expropiaré… confíen en mi gobierno” ante las cámaras y micrófonos del mundo y el otro escribe amenazante, “Optaremos por la recuperación o nacionalización de nuestro yacimiento”, refiriéndose a una renegociación unilateral de las utilidades de Camisea a favor del Estado. Y sobre la dictadura de Maduro: “No reconocemos ningún gobierno legítimo en Venezuela”, dijo nada menos que el vicecanciller del Perú y, a los minutos, desde su cuenta de Twitter, Bellido escribió: “No es la postura del gobierno, nuestro presidente tuvo una reunión con el presidente N. Maduro”, anunciando así un encuentro fuera de agenda, a la vez que le abría las puertas al canciller y a su “adjunto” para que se vayan si no les gustaba lo que llamó “la postura del gobierno”. Mientras este juego de poderes a la interna ocurre repetidamente, hay quienes intentan graciosamente apagar los incendios frente a la opinión pública. Así, Pedro Francke va echando agua con sus declaraciones en tono optimista, un tenor que dista mucho de la crisis económica que debería estar solucionando desde su sector, con medidas concretas más que con palabras o cantos, y hasta la vicepresidenta Dina Boluarte va respondiendo a un preocupado presidente del Consejo de la Prensa Peruana por la relación con el gobierno, asegurando que hablará con el presidente “en el más breve plazo”, para suscribir las declaraciones de Chapultepec y de Salta, y garantizar así la libertad de prensa en el país. La duda es si Guido Bellido realmente está en el otro bando. Mientras el Presidente no ponga orden en la casa, puede dar la impresión de que se trata de un trabajo en pared. Mientras no lo desautorice, seguirá creciendo la desconfianza e incertidumbre en desmedro del pueblo que tantas veces nombran. 40 días más en silencio, es demasiado.

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