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Contra el tráfico

Nos queda claro: Ser una autoridad en esta “bendita” nación te da estatus. Además de ser un “buen negocio”, te evita el “fastidioso” deber de cumplir con las leyes. Puedes pasarte las luces rojas, manejar agresivamente, abrirte el paso “a la mala”, y pobre del que se les cruce por su camino a estos ciudadanos de primera clase.

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Fecha Actualización
Mónica Delta,Opina.21mdelta@peru21.com

Ellos tienen el derecho de llevarte "de encuentro" por razones de "seguridad". Precisamente, el ministro del interior, Wilfredo Pedraza, quien tiene la responsabilidad de delinear las estrategias para que el país sea seguro, acaba de decir que seamos "cautos" con la crítica para aquellos, entre los que él se encuentra, gozan de su categoría de ciudadanos privilegiados en las pistas del país y no pagan sus papeletas. Las reglas de tránsito están reservadas sólo para los ciudadanos de segunda clase, es decir, para el 99% de la población.

Resulta penoso escuchar al director de la Policía y a los ministros asegurar que los infractores "oficiales" no deben cumplir con el pago de papeletas pendientes, como el resto de los mortales. La Inclusión, señores, comienza con el principio: iguales derechos, iguales deberes. Pero lo que parece que se aplica es "para mis amigos todo" y, para el "resto", la ley. ¿Cómo una sociedad va a ser respetable si sus funcionarios no se ajustan a las reglas igual que el resto? ¿Con qué autoridad va a exigirse que los choferes del transporte público y privado paguen sus multas, respeten a los peatones y manejen sus vehículos como seres civilizados? ¿Qué tipo de mensaje nos llega de aquellos que deben dar un ejemplo con su comportamiento y, en realidad, se les ve cada día "abusando" de su condición? Recordemos, en el extremo, a aquel ministro que empujó a una trabajadora porque "debía" subir al avión.

Sería bueno que el presidente del Consejo de Ministro, Juan Jiménez, no se "aburra tanto" con las preguntas incómodas de los periodistas y obligue a los miembros de su gabinete a pagar sus multas y a conducirse con corrección por las calles del Perú.