El tema de hoy: Más de 360 palabras

La situación de la jefa de la Sunedu, Flor Luna Victoria, se ha complicado y mucho. Las denuncias en su contra por presuntos plagios no dejan de aparecer. Pero a pesar de la gravedad del caso, la funcionaria no ha salido a aclarar ni a desmentir personalmente lo que se muestra como una severa falta ética, sobre todo tratándose de la autoridad que debe encaminar la educación superior en el país hacia los más altos estándares de calidad. Y ello implica las buenas prácticas académicas.

Hoy, Perú21 difunde la versión de la antropóloga estadounidense Esther Jean Langdon, quien confirmó, después de comparar un artículo suyo publicado en 2010 con uno de Luna Victoria de 2014, que la superintendenta se apropió de extractos del texto que escribió en coautoría con Flávio Braune Wiik. “Copió literalmente más de 360 palabras. Es un caso claro de plagio”, nos comentó Jean Langdon, evidentemente indignada.

Lo sorprendente es que apenas un día antes el ministro Idel Vexler seguía destacando sus cualidades. “Por supuesto que tiene todas las capacidades, todas las condiciones”, dijo a este diario. Luna Victoria tiene un doctorado en Enfermería por la Universidad Federal de Río de Janeiro (Brasil) y una maestría por la Universidad Nacional de Trujillo en la misma especialidad.

Pero con las denuncias de plagio saltan inevitables interrogantes: ¿cómo logró la funcionaria sus títulos? Era evidente que Vexler no quería más al frente de la Sunedu a Lorena Masías, quien estaba logrando ejecutar la nueva Ley de Reforma Universitaria, que muchos centros, por calculados intereses económicos, se resistían a acatar. Al finalizar la gestión de Masías, la Sunedu otorgó licencias a 29 casas superiores, que garantizaban el cumplimiento de requisitos mínimos para impartir educación de calidad. ¿Vexler no consideró estos avances para la continuidad de la reforma, como él mismo prometió? El ministro dijo ayer, ya arrinconado, que si existe alguna falta de Luna Victoria, esta será separada. Esperemos que sea así, porque el sector educativo necesita cambios, pero con profesionales que sean un ejemplo.