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[Opinión] José Luis Gil: “Esclavismo” del siglo XXI

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"Todas las evidencias muestran que quienes organizan y dirigen las algaradas no han apelado a la conciencia ciudadana, sino a métodos de manipulación violenta y al mercenarismo". (FOTO: Renzo Salazar/GEC)
Fecha Actualización
A todas luces va quedando en evidencia que los impulsores del “socialismo del siglo XXI”, en realidad, son capaces de recurrir a lo que sea para lograr sus objetivos, aunque esto signifique retroceder más de un siglo e imponer un nuevo “esclavismo del siglo XXI”. La razón de nuestra afirmación salta a la vista todos los días gracias a la modernidad y al espíritu aventurero de ciudadanos armados con sus cámaras de foto y video. También lo hacen los azuzadores, violentistas, recaudadores, promotores u operadores perniciosos, quienes graban por puro narcisismo sus actos ilícitos (o para intimidar a los demás) y pavonearse con esos mendrugos de “poder” sin ningún remordimiento.
Es el caso de Giuliana Katherine Bustamante Lainez, quien se hace llamar ‘la Mariscala’ o la ‘camarada Giuliana’ o ‘dirigente nacional’, vinculada con la senderista Rocío Leandro Melgar (a) ‘camarada Cusi’ (detenida en Ayacucho), ha logrado llamar la atención en redes por su procacidad, y deja al descubierto su talante dictatorial y enfermizo. La violenta dama es solo la punta del iceberg de la estructura de poder oculta y siniestra, que hoy “domina” a manifestantes en diversos lugares del país. El video que Giuliana Bustamante propaló el martes pasado, muestra el trato esclavizante que le da a exhaustos ciudadanos de provincias en las precarias concentraciones en el centro de Lima. En la publicación se aprecia la mansedumbre de quienes la escuchan vociferar que “se les ha pagado para que luchen”, obedeciéndole sin reclamo alguno. Violentos contra las fuerzas del orden, sumisos ante sus patrocinadores dictatoriales.
Todas las evidencias muestran que quienes organizan y dirigen las algaradas no han apelado a la conciencia ciudadana, sino a métodos de manipulación violenta y al mercenarismo, abriendo espacio al nuevo “esclavismo” del siglo XXI, que los obliga a “luchar” dirigidos por gente que no conocen y por motivos que ignoran. Los peruanos de bien debemos rechazar esta forma retrógrada, degradante e inhumana de promover protestas para llegar al socialismo. No olvidemos que de la esclavitud al asesinato a mansalva no se está lejos, mucho menos si no obedecen. Así fue antes en la historia, así puede ser ahora. Por eso, el “esclavismo del siglo XXI” promovido por quienes propugnan el socialismo del siglo XXI, no pasará. ¡Sí se puede!
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