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Nos siguen pegando abajo

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LUM es una muestro que te invita a no olvidar y no repetir. (Nancy Dueñas/Perú21)
Fecha Actualización
Nuevamente el Lugar de la Memoria (LUM) está en riesgo. Que un congresista se tenga que vestir de incógnito para entrar a un museo público no habla bien de su salud mental ni de su capacidad para comprender la historia, pero que se induzca al error y edite respuestas de una servidora pública, use su poder para que la despidan y que en el Congreso se debata la posibilidad de cerrar el Museo o de censurarlo nos dice que no hemos aprendido nada como nación.
Manipular la historia para negar una realidad y preservar intereses hegemónicos es propio de los gobiernos totalitarios. Tildar de “apología del terrorismo” a recursos (audiovisuales, artísticos, museográficos) que solo buscan contar una verdad para generar reflexión ciudadana no solo es reduccionista, sino que demuestra que no hay deseo de contar con una ciudadanía consolidada. Buscar contar la “historia oficial” constituye una postura ideológica donde no hay ninguna intencionalidad en evitar que vuelvan a ocurrir aquellos hechos que se buscan ocultar o negar.
Sí, Sendero Luminoso y el MRTA fueron sanguinarios e hicieron mucho daño, pero también hubo terrorismo de Estado, que nos destruyó y que no puede volver a ocurrir.
La ministra de Cultura tiene un rol fundamental. Asumir una actitud débil o pasiva frente a este falso debate la convierte en cómplice de estos políticos.
La verdad y la memoria son necesarias para fortalecer la institucionalidad democrática de un país. Las instituciones están ahí para responder a los intereses de la sociedad, como el que construyamos y mantengamos una memoria reflexiva. Vamos a cumplir 200 años y aún no nos consolidamos como democracia. Por el contrario, nos siguen pegando abajo.
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