/getHTML/media/1229342
Nicolás Yerovi: "Celebramos la sobrevivencia"
/getHTML/media/1229339
Fernán Altuve: "¿Presentar candidato de 87 años se puede considerar estabilidad?"
/getHTML/media/1229338
Orgullo de ser peruano: ¿Qué nos hace sentirlo?
/getHTML/media/1229336
Nancy Arellano sobre Elecciones en Venezuela: "Esta no es una elección tradicional"
/getHTML/media/1229265
Zelmira Aguilar: "Alejandro Villanueva creó el estilo de juego de Alianza y Selección"
/getHTML/media/1229195
Cherman: "Quien me quiebra el lado patriótico fue Juan Acevedo con Paco Yunque"
/getHTML/media/1229190
Marco Poma CEO de Tkambio: "Perú está atrasado en materia de 'open banking'"
/getHTML/media/1229009
Javier Arévalo, escritor: "Sin bibliotecas, el hábito de leer no nace en los niños"
/getHTML/media/1228674
Mujeres Aymaras sorprenden con su arte en Desfile de Modas
PUBLICIDAD

Los siete años

Cuando mi hija de siete años se enteró de que el ratón Pérez no existía, generalizó rápidamente esta información y dedujo que entonces Papa Noel tampoco.

Imagen
notitle
Fecha Actualización
Lucía de Althaus,Opina.21www.parentalidad.pe

Cuando mi hija de siete años se enteró de que el ratón Pérez no existía, generalizó rápidamente esta información y dedujo que entonces Papa Noel tampoco. Se suele llamar a esta edad "la edad de la razón", donde algo en su pensamiento cambia. Están más atentos a los asuntos de la vida cotidiana y real, sienten más curiosidad por cómo son las cosas en verdad, cuestionan con facilidad lo que antes se daba por hecho. Piaget llamó a esto la etapa de operaciones concretas, donde empiezan a usar una lógica todavía concreta, pero que les sirve para argumentar y preguntar más. Esto viene unido a la capacidad para entender los problemas desde diferentes puntos de vista, lo que da fin a una etapa más egocéntrica. Además, aparece el pensamiento inductivo, y generalizan una idea a partir de una sola referencia, como le pasó a mi hija con la desilusión de papa Noel.

Si bien esto es algo magnífico, da cierta pena también. Esto se debe a que vemos a nuestros hijos de 7 años empezar a convertirse en pequeños adultos, con preguntas para las cuales no siempre estamos preparados, con respuestas lógicas que nos confrontan y nos hacen darnos cuenta de que nuestros bebés crecen, y muy rápido.