/getHTML/media/1229342
Nicolás Yerovi: "Celebramos la sobrevivencia"
/getHTML/media/1229339
Fernán Altuve: "¿Presentar candidato de 87 años se puede considerar estabilidad?"
/getHTML/media/1229338
Orgullo de ser peruano: ¿Qué nos hace sentirlo?
/getHTML/media/1229336
Nancy Arellano sobre Elecciones en Venezuela: "Esta no es una elección tradicional"
/getHTML/media/1229265
Zelmira Aguilar: "Alejandro Villanueva creó el estilo de juego de Alianza y Selección"
/getHTML/media/1229195
Cherman: "Quien me quiebra el lado patriótico fue Juan Acevedo con Paco Yunque"
/getHTML/media/1229190
Marco Poma CEO de Tkambio: "Perú está atrasado en materia de 'open banking'"
/getHTML/media/1229009
Javier Arévalo, escritor: "Sin bibliotecas, el hábito de leer no nace en los niños"
/getHTML/media/1228674
Mujeres Aymaras sorprenden con su arte en Desfile de Modas
PUBLICIDAD

Robben está en mi lista

Imagen
notitle
Fecha Actualización
Francisco Cairo,Opina.21Editor de Deportes

Ninguna postal del Mundial me llegó tanto como la de Arjen Robben tras los penales contra Argentina, cuando intentó calmar el desconsolado llanto de su hijo Luka. Será porque uno también es papá, pero desde ese momento el holandés de apariencia engreída entró en mi lista de jugadores preferidos. A lo mejor Thomas Müller, Toni Kroos o Lionel Messi, con un gran partido hoy, se llevan el Balón de Oro, aunque para mí no ha habido un jugador tan decisivo para su equipo como el pelado de 30 años.

Con la misma determinación con la que hace una década superó un cáncer de testículos, el extremo del Bayern Munich desparramó rivales en la cancha como si fuesen palitroques. Solo Argentina logró construir un cerco en torno a él, pero ante Brasil volvió en modo avión, como si jugar en el estadio Mané Garrincha, otro artista del regate eléctrico, le hubiera dado un plus de motivación.

Mientras recreo la imagen de Arjen frente a su pequeño, pienso también en las íntimas historias detrás de la final. Se suele hablar de la gloria colectiva, del amor a la camiseta y a la bandera, del orgullo que genera una estrellita más en el pecho. Por esos valores jugarán hoy alemanes y argentinos, cuchillo entre los dientes, en el mítico Maracaná. Cuando cada protagonista vuelva a casa, sin embargo, no habrá reflectores ni micrófonos, tampoco pequeñas o grandes vanidades. Alguien como Luka estará allí para calibrar mejor el triunfo o la derrota.

TAGS RELACIONADOS