Fuera Chávarry

Pedro Chávarry le ha hecho un gran daño al Ministerio Público. En tiempos en los que necesitamos un liderazgo transparente y honesto para que la Fiscalía pueda llevar a cabo las investigaciones por el caso Odebrecht, Chávarry ha logrado que los peruanos perdamos cualquier atisbo de confianza en la institución que encabeza. Esperando al momento oportuno para que no reaccionemos frente a sus acciones, Chávarry anunció en vísperas de Año Nuevo que José Domingo Pérez y Rafael Vela no iban a continuar siendo parte del Equipo Especial del caso Lava Jato.

Chávarry, sin embargo, cometió un grave error al creer que el 31 de diciembre era una buena oportunidad para excluir a Pérez y Vela de las investigaciones del caso Lava Jato. La pésima forma en la que tomó su decisión es solo un aliciente para la indignación ciudadana. Si antes era un personaje en el que pocos confiaban, hoy el país lo ve como un obstáculo a ser derribado para que la lucha contra la corrupción tenga algún éxito. Los peruanos estamos cansados de lo mal que funciona el sistema de justicia y el comienzo de un nuevo año no podrá evitar las marchas ni las protestas.

Aunque Pedro Chávarry se ha mantenido necio al frente del Ministerio Público, su renuncia debió haberse dado hace mucho. Un personaje que mintió al país al afirmar que no había asistido a una reunión coordinada por César Hinostroza y que, además, es investigado por la propia institución que dirige, debió haber dado un paso al costado para proteger al Ministerio Público.

Chávarry, sin embargo, no tuvo el tino de renunciar para que la Fiscalía sea asumida por una persona con una hoja de vida incuestionable. Más bien, se aferró al poder y se hundió más en el fango. El Ministerio Público debe recuperar la confianza de los ciudadanos y para ello la renuncia del fiscal de la Nación se hace impostergable. Como tantas otras veces en nuestra historia, esta vez el poder para cambiar las cosas está en las calles.