[OPINIÓN] Yesenia Álvarez: “El retroceso democrático y la aceptación LGBTI”

Varios estudios que monitorean la democracia y la libertad en el mundo y en la región vienen alertando de un retroceso democrático, y para analizar esta regresión hay que dar una mirada a por lo menos cuatro índices o reportes: El de la Unidad de Inteligencia Económica de The Economist; el de Freedom House; el LAPOP Lab y de la Universidad de Vanderbilt; y el de la Corporación Latinobarómetro.

Según el Índice de Democracia 2023 de la prestigiosa revista The Economist, la democracia en la mayoría de las partes del mundo se revirtió en 2023 y esta caída de la puntuación del índice promedio global está en consonancia con una tendencia general de regresión y estancamiento en los últimos años. Las categorías que han registrado el mayor deterioro son las libertades civiles, el proceso electoral y el pluralismo. América Latina y el Caribe es una de las regiones con mayores retrocesos y se trataría del octavo año consecutivo de retroceso democrático.

En el mismo sentido, el Informe Freedom in the world 2024 de Freedom House también da cuenta que en 2023 la libertad global decayó por decimoctavo año consecutivo, y que las libertades civiles y los derechos políticos disminuyeron en 52 países y solamente 21 países registraron avances.

Mirando la región, el Barómetro de las Américas 2023 reportó que el apoyo a la democracia es menor que hace dos décadas y se ha erosionado en casi todos los países de la región de América Latina. Las tendencias democráticas cayeron hace una década y todavía no se han recuperado.

Asimismo, otro reconocido estudio de opinión pública de la región, el Informe Latinobarómetro 2023 enfoca su última entrega en la recesión democrática en América Latina. Según el cual en 2023 solo el 48% apoya la democracia en la región, lo que significa un declive sistemático de 15 puntos porcentuales desde 2010, en que tenía 63%.

Con el retroceso global y regional de la democracia se afecta y se retrocede también en las libertades de los ciudadanos, especialmente de las minorías y vulnerables, por eso este declive global de la democracia tiene también implicancias para los derechos de las personas lesbianas, gais, bisexuales e intersexuales (LGBTI). Y aquí es revelador el informe Retroceso Democrático y aceptación LGBTI del Instituto Williams de la Facultad de Derecho de la UCLA que han encontrado una asociación sólida entre el nivel de democracia y la aceptación de las personas de este grupo. Según su análisis los países con elecciones libres y justas y un mayor PIB per cápita tienden a ser más receptivos hacia las personas LGBTI. Además, entre sus resultados clave se señala que los ataques a estas personas y sus derechos pueden ser un precursor del retroceso democrático, y que el estigma y las políticas anti-LGBTI debilitan las normas e instituciones democráticas.

Esto es particularmente importante porque puede apreciarse que el declive democrático en el mundo está siendo acompañado de una retórica derogatoria y deshumanizante proveniente de proyectos políticos que atacan a las personas LGBTI como parte de su estrategia política para alinearse con una base conservadora de votantes, la cual es exacerbada a la vez por un movimiento conservador antiderechos nacionalista bien organizado, financiado y conectado internacionalmente.

Por consiguiente, proyectos políticos cuyos discursos de sus líderes están atacando o ataquen a las personas LGBTI en las próximas elecciones, de hecho, ya tenemos instalados algunos parlamentarios con esa narrativa, deben ser claramente distinguibles como incompatibles con la democracia liberal. El retroceso democrático, que incluye al Perú, solo será revertido en la medida en que los prodemocracia se pongan las pilas en ayudar a construir una sociedad civil sólida capaz de defender la democracia y de rechazar proyectos que ataquen a minorías como las personas LGBTI.