[OPINIÓN] Richard Arce: “La corrupción no tiene color político”

Esta semana se han tenido avances importantes en la lucha contra la corrupción y se van decantando los casos emblemáticos que involucran a políticos que han ostentado poder, mostrándonos con crudeza la calaña de gente sin escrúpulos que nos ha venido gobernando, que ve el Estado como un botín y que es capaz de todo para lograr sus oscuras ambiciones.

En el caso de la defenestrada fiscal de la Nación Patricia Benavides ya se ha formalizado la investigación, incriminándola en una serie de ilícitos penales que incluye el de organización criminal, con toda la carga de las pruebas que la involucran en el tráfico de influencias y copamiento del Ministerio Público en componenda con congresistas corruptos. Así que la pretensión de tumbarse a los magistrados de la JNJ no solo no tiene argumentos, sino que sería una grosera intromisión en la labor establecida como organismo constitucionalmente autónomo.

La decisión de la JNJ de solicitar al defensor del Pueblo que de una vez convoque a concurso público para la designación de sus sustitutos, entendiendo que este 2024 termina su periodo de gestión, es una estrategia contundente para desnudar las acciones sibilinas de un Congreso desbocado, porque ya no tendría ningún sustento objetivo la remoción de los magistrados de la JNJ.

La otra buena noticia ha sido la entrega y captura de uno de los sobrinísimos del expresidente Pedro Castillo, un operador de la corrupción que estaba prófugo de la justicia más de un año y que tiene mucho que decir de todas las trapacerías que hizo con la venia del expresidente. Lo interesante es que tendría un acuerdo con la Fiscalía para convertirse en colaborador eficaz, por lo que tendremos muy pronto información de la corrupción de Castillo delatado por su sobrino.

La noticia no termina. Esta semana también se desbarató el clan de la corrupción del expresidente Martín Vizcarra, que tomó por asalto el MTC cuando fue gobierno; el expediente de la organización criminal Los Intocables de la Corrupción es por demás reveladora. Vizcarra y sus exministros ya estarían presos, pero tienen todavía inmunidad y se requiere de una denuncia constitucional.

Son buenas las noticias y es fácil ubicar de qué lado están los corruptos, que es evidente cuando quieren arremeter contra los operadores de justicia o los medios de prensa que los denuncian.