[Opinión] Richard Arce: “La angurria de los congresistas”

Al escuchar el debate parlamentario ayer por la tarde en el Congreso, se constata lo que tanto habíamos estado denunciando, los dos extremos la de derecha y la de izquierda no quieren dejar sus curules.

Esa es la realidad, no quieren irse, van a hacer lo imposible para quedarse hasta el 2026 y para ello son capaces de burlarse del país y mostrar ya no solo indolencia con la profunda crisis que vivimos, sino que son capaces de inventar cualquier estratagema para rehuir a su responsabilidad del adelanto de elecciones.

En el debate de ayer se planteó abiertamente la posibilidad de adelantar las elecciones para este año; justo un día antes las bancadas de izquierda presentaron un nuevo proyecto de ley de reforma constitucional en ese sentido. Lo curioso, vino en el debate posterior, puesto que el congresista Guerra García planteó en el mismo sentido una modificación para este año 2023. Parecía que habían llegado a un acuerdo, pero no.

Inmediatamente la extrema izquierda argumentó que sea para mayo de este año –legalmente imposible, por los plazos perentorios que tiene la convocatoria de una elección presidencial–, como pretexto para seguir entrampando el debate.

En este sentido, lo único que se corrobora es que no se van a poner de acuerdo y menos van a pensar en función de los intereses del país en un momento de crisis y de violencia exacerbada en las protestas que se dan en diferentes regiones.

Ante este escenario, la presidente Boluarte tiene que arrinconar a este Congreso irresponsable para presionar el adelanto de elecciones, deslindar la responsabilidad en el Parlamento para que todo el país corrobore que es el Congreso el que tiene la llave para una salida a esta crisis, pero lamentablemente son ellos parte del problema.

Así querían que renuncie Boluarte y que también lo haga después Williams, para que supuestamente se pongan de acuerdo y elijan a un presidente de consenso, eso era una gran farsa que astutamente han utilizado para soliviantar a la población. A los congresistas no les importa el país más que sus quincenas.