[Opinión] Juan José García: “Estorbando, para variar”

Ejerciendo su presidencia en la Comisión de Trabajo del Congreso, la congresista Bazán decidió impulsar un dictamen que beneficiaría a todos los taxistas y repartidores que trabajan por aplicativos. La solución es simple: Aquellos que trabajen más de 20 horas a la semana, deben ser incorporados en la planilla de sus empleadores.

Esto implicaría que plataformas como Rappi o Uber estarían obligadas a contratar y asumir costos laborales vinculados a repartidores y taxistas ansiosos por trabajar más de 20 h/s. De lo contrario, podrían enfrentar multas si se descubre que hay personas que, superando las 20 h/s trabajadas, no cuentan con formalización en su “relación de dependencia”.

Así este dictamen llegue al Pleno y se convierta en ley, en la práctica, no habrá más repartidores ni taxistas bendecidos con estar en planilla. Esto se deduce de un hecho no contrastado por los promotores de la iniciativa: los taxistas y los repartidores usan más de un aplicativo en simultáneo y las plataformas compiten por su trabajo.

El “by-pass” de la Ley Bazán-Paredes es obvio: dejar de ofrecer viajes a repartidores y taxistas que estén cerca de las 20 h/s trabajadas, condenándolos a una especie de cuoteo entre aplicativos y volviéndolos susceptibles a comisiones más altas. Gracias, pero no gracias.