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[Opinión] Hernando Carpio Montoya: 143 años de la hazaña de la corbeta Unión en Arica

[Opinión] Hernando Carpio Montoya: 143 años de la hazaña de la corbeta Unión en Arica

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Libro 'Moriremos en el mar'.
Fecha Actualización
La Unión, el buque escuela de la Armada Peruana, es el más grande de Sudamérica y el segundo a nivel mundial; su nombre rinde homenaje a la gloriosa corbeta Unión, que sirvió al Perú entre 1864 y 1881, participando en los conflictos con España y con Chile, siendo protagonista de una de las acciones más gloriosas en la historia naval mundial, la doble ruptura del bloqueo de Arica, el 17 de marzo de 1880.
Esa madrugada, la corbeta, al mando de los comandantes Manuel Villavisencio y Arístides Aljovín, luego de un accidentado viaje desde el Callao, en un mar dominado por el enemigo, burló el bloqueo chileno del puerto de Arica, ingresando amparada en la oscuridad sin ser detectada, entregó su carga y combatió en la tarde durante tres horas contra el Cochrane, Huáscar (capturado en Angamos, en octubre de 1879) y Amazonas, que atacaron decididos a acabar con el osado visitante, recibió diversos impactos que generaron incendios y dañaron sus máquinas, pero no su corazón.
Pese a la superioridad enemiga, Unión no fue destruida, maniobró brillantemente y fue protegida por las baterías del puerto y el monitor Manco Cápac; pese a daños e incendios, seguía a flote. No solo eso, a las 5 de la tarde, desoyendo los consejos del Ejército del Sur, para hundir la nave y quedarse en Arica, la maltrecha corbeta salió desafiante rumbo al enemigo, que se había retirado hasta la entrada del puerto cerrando las posibles rutas de escape; y en un prodigio de audacia, sorprendió a todos que la esperaban tratando de escapar al norte, virando hacia el sur, pasando muy cerca del islote El Alacrán en las narices del enemigo; y se dirigió hacia Chile, a donde nadie la esperaba.
Los chilenos tardaron en reaccionar, pero habían sido engañados, la persiguieron toda la noche sin poder alcanzarla. Unión se les había escapado de entre las manos en lo que, para el historiador sureño Vicuña Mackenna, fue algo inaudito.
Mucho se ha discutido sobre la razón por la que el flamante presidente dictador Nicolás de Piérola arriesgó de esa manera nuestra última nave, en una misión suicida contra toda la Armada Chilena; pareciera que, en su discreto criterio naval, quiso salvar la alianza con Bolivia demostrando que aún teníamos presencia en el mar, después de Angamos.
Esta joya de nuestra historia, olvidada y poco valorada, se narra con detalle en la novela Moriremos en el mar, la hazaña de la corbeta Unión (2022, Círculo Rojo), de mi autoría.
Mi madre me decía que en el mundo existen dos tipos de hombres, los que acompañarían a Villavisencio, ignorando peligros y pesimismo; y quienes no lo acompañarían, rindiéndose antes de pelear. La pregunta que me hacía entonces, aún hace eco en mi recuerdo: ¿Cuál eres tú?

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