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[OPINIÓN] Carlos Bruce: A hilar muy fino

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Las prioridades, de acuerdo a lo que opina la mayoría, están en la salud y la economía, y no en una Asamblea Constituyente. señala el columnista.
Fecha Actualización
En el debate de los equipos técnicos dijimos que Castillo, en caso de salir elegido, no iba a moderarse y, más bien, gobernaría con los cuadros marxistas leninistas del señor Cerrón. Lamentablemente acertamos.
El presidente Castillo no esperó instalarse en el poder para mostrar su verdadera cara. De un inicio nombró en el cargo más importante de su gobierno a Guido Bellido, persona investigada por apología del terrorismo, defensor de la “democracia” cubana, homofóbico, misógino y hombre de confianza de Cerrón. La mayoría del gabinete viene de la misma cantera.
Ya está claro el escenario de confrontación que se avecina y la oposición democrática debe actuar con mucha sagacidad e inteligencia y sobre todo UNIDAD y que no vuelva a dividirse como en la elección de la Mesa.
El Congreso pasado, sabiendo que el mal uso de la cuestión de confianza desequilibra las relaciones entre el Parlamento y el Ejecutivo, intentó acotarla, pero las bancadas del Partido Morado, Frente Amplio y Frepap le dieron la espalda a la iniciativa y no alcanzó los votos requeridos.
En democracia, el Congreso es nuestra única línea de defensa ante un Ejecutivo que no entiende que las prioridades, de acuerdo a lo que opina la mayoría, están en la salud y la economía, y no en una Asamblea Constituyente.
La primera impresión es que el Congreso no debe darle el voto de investidura a un gabinete que no está a la altura, pero al hacerlo, los pone a un voto de la disolución. Aquí es donde hay que tener claro que el tiempo y una prensa libre son, para un gobierno improvisado e inepto, su peor enemigo.
Por último, nunca debemos olvidarnos de todos los incautos que apoyaron a este grupo.