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[OPINIÓN] Andrés Chaves: Año Electoral

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"Según The Economist, en 76 países, donde habita más de la mitad de la población del mundo, se celebrarán elecciones".
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Es muy poco probable que en Perú tengamos elecciones este año, pues seguimos a la merced de la convenida y turbia tregua entre la presidencia y el congreso para no soltar el poder, por lo menos, hasta el 2026. Pero si ampliamos el lente, el 2024 será un año histórico para la democracia global. Según The Economist, en 76 países, donde habita más de la mitad de la población del mundo, se celebrarán elecciones.
Unas serán cruciales mucho más allá de sus fronteras, como las de EE. UU. y Taiwán. En la primera, el triunfo de Donald Trump podría determinar el destino de Ucrania y la OTAN (no es coincidencia que Putin este moviendo todas sus fichas para que eso ocurra). En la segunda, el candidato taiwanés elegido marcará el nivel de agresividad de China, que ya mando una dura advertencia afirmando que estas elecciones son, a su entender, entre la paz y la guerra.
Otras serán más un teatro puesto en escena por dictadores que un ejercicio soberano del pueblo, pues pocos confían que Rusia, Venezuela o Pakistán puedan llevar a cabo elecciones limpias y transparentes. Difícil afirmar lo contrario, si los principales contrincantes políticos están en una cárcel siberiana, exiliados o censurados, respectivamente.
Otras fiestas democráticas se llevarán a cabo en lugares tan distintos y distantes como México, Indonesia, Sudáfrica e India. Los mexicanos parecen encaminados a elegir a la primera presidenta de su historia, entre Claudia Sheinbaum y Xóchitl Gálvez. En India, la votación siempre es un ejercicio logístico y cívico gigante que desafía la lógica, digno de la democracia más grande del mundo.
Como bien sabemos todos los peruanos, la elección de líderes por medio de la ciudadanía es frustrante, imperfecta y manipulable, pero sigue siendo nuestra mejor alternativa para intentar generar bienestar para la mayor cantidad de gente posible. Con una cantidad histórica de votantes, el 2024 se pinta como un año perfecto para celebrar a la democracia, con todas sus flores y espinas.