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[Opinión] Andrés Balta: “De cuajo”

“No es apropiado que el Estado genere incentivos que fomenten el crimen o la corrupción mediante la prohibición de las drogas”.

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"El poder y crímenes relacionados con las drogas han de terminar de cuajo. No hay lugar para timoratos, sino para valientes que presionen bien los botones del comercio, el impuesto y la legalización".
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En nuestra naturaleza humana existe una inclinación hacia lo bueno y lo malo, por ello, el Estado no puede hacer de fogonero creando entornos propicios para el desarrollo del mal. No es apropiado que el Estado genere incentivos que fomenten el crimen o la corrupción mediante la prohibición de las drogas.
Axel Kaiser, líder de la batalla cultural en Chile, declaró que “la lucha contra las drogas, su ilegalización y la criminalización de dicha actividad han sido un fracaso total, categórico y absoluto”. Dijo también que solamente teníamos dos salidas contra esa fuente enorme de criminalidad: o desarrollábamos medidas a lo Bukele o legalizábamos todas las drogas, agregando que habría que legalizar todo, regulado y controlado, pero legalizar todo.
Prohibir las drogas es una especie de subsidio. Es el favorecimiento del Estado para excluir del mercado formal una relación de productos para después ingresarlos en otro mercado, el cautivo, el criminal. La prohibición es una ayuda, cínicamente conveniente, de servicios de represión, no para que bajen los precios de las drogas sino para que suban estratosféricamente, haciendo mil veces más rentables y poderosos los quehaceres y negocios de las drogas.
Con la legalización de las drogas también se contempla la recaudación de impuestos que no fomenten la informalidad y que se destinen —todo o gran parte— a la atención de las personas con problemas de adicción. Lo que carece completamente de inteligencia y sentido común es prohibir las drogas y pretender librar una lucha aparente, embustera, desigual o mediocre contra ellas.
El poder y crímenes relacionados con las drogas han de terminar de cuajo. No hay lugar para timoratos, sino para valientes que presionen bien los botones del comercio, el impuesto y la legalización.
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