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[OPINIÓN] Álvaro Henzler: “La complicidad del silencio y la inacción”

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Fecha Actualización
La democracia peruana sigue en caída libre hacia un abismo sin fin. No es solo un consenso académico y ciudadano, sino que lo respalda la evidencia. Se han publicado dos informes que lo sustentan. En el último reporte del Índice de Democracia de The Economist, titulado “Era del Conflicto”, Perú clasifica por segundo año consecutivo en la categoría de sistema “híbrido”, un intermedio entre un sistema democrático y un régimen autoritario. En 10 años, hemos retrocedido 16 posiciones. De las 5 categorías evaluadas, la única con un puntaje relativamente alto es “elecciones transparentes y plurales”. Su puntaje aún está lejos del de los países con democracia plena. Deberíamos implementar las casi 40 recomendaciones emitidas por la misión de observación electoral de la Unión Europea.
La categoría con puntaje más bajo (3.13 de 10) es “cultura política”. Tenemos una cultura ciudadana pasiva, apática, intolerante, poco dialogante, de trato violento con el rival político. Y la categoría que más ha retrocedido es “participación política” (de 5.56 a 5). Esta mide no solo la participación de la población y minorías en las elecciones, sino sobre todo el interés, compromiso y membresía de la ciudadanía en movimientos, instituciones y partidos políticos. Imposible cambiar las cosas con un compromiso ciudadano en descenso.
La categoría “libertades civiles” se mantiene media baja (6.47). Pero hay otra evidencia de un retroceso en ese ámbito. De 195 países evaluados, Perú es uno de los 5 países con mayores retrocesos en derechos políticos y libertades civiles en el reporte de Freedom House. Desde 2021, somos un país “parcialmente libre”. Uno de los principales hallazgos del reporte nos confronta con un desafío central: “el rechazo del pluralismo —la coexistencia pacífica de personas con diferentes ideas políticas, religiones o identidades étnicas— por parte de líderes autoritarios y grupos armados produce represión, violencia y una fuerte disminución de la libertad general. Estas tendencias están creando un entorno que es desfavorable para la democracia… Con diversidad, discrepancia pacífica y creación de coaliciones, las fuerzas democráticas aún pueden revertir el largo declive de la libertad global”.
En el Perú, los responsables de este declive son la clase política, las autoridades, las élites y la ciudadanía. Cada quien debiera asumir su responsabilidad en el fracaso democrático y comenzar a pensar y hacer las cosas significativamente diferente. No hay tanto tiempo. Una actitud de silencio e inacción resulta hoy cómplice de los intereses oscuros de las fuerzas delictivas, populistas y autoritarias con creciente fuerza en el país.