(OPINIÓN) Ariel Segal: “Et, go home” (I)

Si profesan alguna de las religiones terrestres –aunque sería difícil hacerlo luego de recorrer un trozo del universo–, cuidado con el fanatismo que practican millones de seguidores de esas creencias en la Tierra. No vaya a ser que a un grupo islamista radical no le guste su apariencia física en caso de que expongan mucho de sus cuerpos (en Hollywood suelen retratarlos sin ropa); o crean que los pastores en el Vaticano se preocupan mucho por su rebaño (creímos por un tiempo que el papa Francisco, realmente, tomaría medidas por los casos de pedofilia masiva y que estaría en contra de las dictaduras, fuesen de izquierda o de derecha, pero nos equivocamos).

Ahora, en Israel, el populista Netanyahu, para intentar detener los juicios de corrupción en su contra y por su sed de poder, ha transigido al gobierno más nacionalista y religioso de la historia del país, y si son hinduistas, el régimen de Modi está quitándole a la minoría musulmana muchos de sus derechos y se ha creado una atmósfera de odio contra ellos. Incluso si se enteraron de la nobleza del budismo, en Myanmar, hay fanáticos que han masacrado a la minoría musulmana rohingya, que masivamente ha escapado a la vecina Bangladesh.

Si tienen otra divinidad, por favor, tenemos suficientes. No vayan a proponer otra a la humanidad y, si son ateos, al menos séanlo como decía el cineasta Luis Buñuel: “Soy ateo gracias a dios”.

La próxima semana les daré otras advertencias.