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No esperes que vengan por ti

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Marcelo Crivella es un obispo evangélico convertido en político que desde 2016 es alcalde de Río de Janeiro. Aunque no es la primera vez, la semana pasada llevó su intervencionismo moral a un extremo que merece atención. Sobre todo, en tierras peruanas, donde los fanatismos castrantes están bien financiados y han sabido tejer sus redes de acceso al poder.
La semana pasada, durante la Bienal del Libro de Río, Crivella envió a agentes de la Secretaría del Orden Público a decomisar todos los ejemplares de un cómic de Marvel que muestra a dos superhéroes, el hechicero Wiccano y el guerrero Hulkling, besándose. El supuesto objetivo era “proteger” a los menores de “contenido sexual”. Agregó que “libros así deben estar envueltos en plástico negro, lacrado y con un aviso de contenido del lado de fuera”.
La respuesta de los organizadores de la Bienal a esta censura fue un monumental “no te metas”. Además, luego un juez resolvió que el alcalde no puede censurar de esa forma la Bienal, menos a una publicación literaria. El tiro le salió por la culata. Todos los ejemplares del cómic fueron vendidos, un famoso youtuber (@felipeneto) compró más de 14,000 libros de temática LGBT para donar en la Bienal y el beso censurado apareció en la portada del periódico más vendido en Brasil. Pero, en un contexto menos organizado, este podría haber sido el comienzo de la normalización del peor conservadurismo.
Ver lo que pasa en el vecindario es siempre útil para saber lo que puede pasar en casa. Le estamos dando muy poca atención a la expansión de la ultraderecha religiosa, que ha demostrado ser una verdadera amenaza para los derechos, la creatividad y la libertad de expresión. En Brasil ya están en el poder, pero aquí coquetean. No esperes que vengan por ti para recién reaccionar.
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