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‘Ministricidio’

La grotesca maniobra del presidente Castillo de echar al ministro del Interior, Mariano González, a través de un mensaje de Twitter a solo 15 días de haberlo nombrado, reafirma que su permanencia en Palacio no da para más.

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"Las primeras declaraciones de González, una vez enterado de su salida, vía Twitter, han sido contundentes: “No tengo ninguna duda de que el señor (Castillo) está comprometido con actos de corrupción”. (Foto: Presidencia del Perú)
Fecha Actualización
La grotesca maniobra del presidente Castillo de echar al ministro del Interior, Mariano González, a través de un mensaje de Twitter a solo 15 días de haberlo nombrado, reafirma que su permanencia en Palacio no da para más.
El hombre de Chota ya no hace el menor esfuerzo por ocultar su desesperación. Está hundido, pero todavía dispuesto a todo con tal de quedarse en el cargo y seguir beneficiando a familiares y cortesanos de su círculo inmediato, buena parte de ellos hoy no habidos y con orden de captura.
El cerco que estaba montando González –con un equipo especializado de la Policía, al mando de investigadores eficientes como el coronel Harvey Colchado– para atrapar a los prófugos presidenciales Juan Silva, Bruno Pacheco y el sobrinísimo Fray Vásquez parece haber sido el detonante. Enterado de los movimientos en el Mininter, Castillo se tocó de nervios y decidió perpetrar el intempestivo ‘ministricidio’, como diría el Tremendo Juez de la Tremenda Corte.
Las primeras declaraciones de González, una vez enterado de su salida, vía Twitter, han sido contundentes: “No tengo ninguna duda de que el señor (Castillo) está comprometido con actos de corrupción”. Y su pedido de garantías para los oficiales que iban a integrar su equipo especializado, policías honestos y de pulcra trayectoria profesional, habla a las claras de lo que hay detrás de su despido.
Es decir, el objetivo del presidente de la República con tan prepotente arrebato no es otro que bloquear un operativo para dar con el paradero de tres prófugos investigados por el Ministerio Público. La situación, como puede apreciarse, es extremadamente grave: un mandatario, acorralado por documentadas investigaciones de corrupción, abusa abierta y groseramente de su cargo para obstruir la acción de la justicia.
En el Congreso se ha puesto otra vez en agenda el tema de la vacancia. Sería el tercer intento, pero ahora con componentes de mayor solidez. Algunas bancadas que antes lo defendieron, como Somos Perú, anuncian un oportuno giro a favor de la sucesión constitucional del jefe de Estado. Veremos si esta vez se consiguen los votos y, de una vez por todas, estos ‘padres de la patria’, sean de las bancadas que fuesen, se ponen a la altura de los acontecimientos y de lo que el país demanda.