/getHTML/media/1229589
Carlos Paredes: ’’Es una posibilidad vender la Refinería de Talara’’
/getHTML/media/1229553
Mensaje a la Nación de Dina Boluarte por Fiestas Patrias
/getHTML/media/1229543
En breve Mensaje a la Nación de Dina Boluarte por Fiestas Patrias 2024
/getHTML/media/1229522
Se realiza la Misa y Te Deum por Fiestas Patrias
/getHTML/media/1229342
Nicolás Yerovi: "Celebramos la sobrevivencia"
/getHTML/media/1229339
Fernán Altuve: "¿Presentar candidato de 87 años se puede considerar estabilidad?"
/getHTML/media/1229338
Orgullo de ser peruano: ¿Qué nos hace sentirlo?
/getHTML/media/1229336
Nancy Arellano sobre Elecciones en Venezuela: "Esta no es una elección tradicional"
/getHTML/media/1229265
Zelmira Aguilar: "Alejandro Villanueva creó el estilo de juego de Alianza y Selección"
/getHTML/media/1229195
Cherman: "Quien me quiebra el lado patriótico fue Juan Acevedo con Paco Yunque"
/getHTML/media/1229190
Marco Poma CEO de Tkambio: "Perú está atrasado en materia de 'open banking'"
/getHTML/media/1229009
Javier Arévalo, escritor: "Sin bibliotecas, el hábito de leer no nace en los niños"
/getHTML/media/1228674
Mujeres Aymaras sorprenden con su arte en Desfile de Modas
PUBLICIDAD

Juan Mendoza Pérez: La tragedia de la anemia

Imagen
notitle
Fecha Actualización
La anemia infantil es una tragedia. Tiene severas consecuencias sobre el desarrollo de los niños pues afecta el crecimiento del cerebro en los críticos primeros años de vida. De acuerdo con las investigaciones existentes, la anemia reduce la capacidad cognitiva y motora de los infantes, puede originar problemas de conducta en la adolescencia, más allá de incrementar el riesgo de mortalidad o de padecer múltiples enfermedades.

En otras palabras, tener niños anémicos hoy significa tener malos estudiantes mañana, con bajo rendimiento escolar, y con problemas de adaptación al medio social. Peor aún, para algunos investigadores padecer anemia en la infancia puede tener un impacto irreparable.

Por ello, es lamentable, inaceptable, un escándalo, que en nuestro país la proporción de niños de 6 a 36 meses con anemia haya venido en ascenso desde el 2011. En efecto, luego de haber experimentado una apreciable caída entre el 2007 y el 2011, pasando de 56.8% a 41.6%, la incidencia de la anemia fue de 46.8% en el 2014. La deplorable tendencia de los últimos años se registra tanto en el medio urbano como en el rural: hay más niños con anemia hoy que en el 2011 en el campo y en la ciudad. Sin embargo, el porcentaje de anemia infantil rural, casi 58%, es en especial alarmante.

¿Cuál es la explicación de este terrible resultado de incremento de la anemia? Aunque ni el Midis ni el Minsa asumen directa responsabilidad, cual juego del gran Bonetón, está claro que la desarticulación del Programa de Nutrición Infantil (PIN) entre el 2011 y el 2012 ha sido causante directo de la mayor anemia infantil. El PIN, que estaba enfocado en mejorar la nutrición de los niños de hasta 3 años, fue eliminado cuando se desactivó el Pronaa. De forma inexplicable, se dejaron de repartir las "chispitas nutricionales", producto de comprobada efectividad en el combate de la anemia infantil.

En otras palabras, apreciado lector, el incremento de la anemia no ha sido consecuencia de los menores ingresos de las familias, ni de la desaceleración de la economía, ni de la falta de recursos públicos orientados a los programas sociales. No, nada de eso. El aumento de la anemia es directamente atribuible a la ineficiencia e ineficacia de nuestro Estado.

¿Quiénes pagan los platos rotos del desbarajuste público? Las decenas de miles de nuevos niños anémicos de hoy a quienes estamos condenando a una vida de menores ingresos mañana.