INEN al mando

Por fin el Estado, en este caso el gobierno de turno, decidió poner las cosas en su sitio y darle al Instituto Nacional de Enfermedades Neoplásicas (INEN) la responsabilidad de conducir la Política Nacional de Lucha contra el Cáncer, que en adelante será ejecutada a través de la Red Oncológica Nacional.

Perú21 puso en evidencia hace unos días la falta de atención directa a los pacientes de provincias que padecen este mal y que se ven en la necesidad de viajar a Lima para ser atendidos por la institución.

El siguiente paso debería ser transferir los recursos económicos y humanos necesarios al INEN para que no solo dirija las políticas nacionales sobre esta terrible enfermedad, que mata a miles de peruanos al año, sino también para que tenga posibilidades de mejorar la atención a los pacientes.

Como se sabe, la situación de quienes ­–viviendo lejos de Lima– sufren este mal, muchas veces incurable, es actualmente más que penosa. Un vía crucis interminable que, a los padecimientos corporales y emocionales que afrontan los enfermos, le añade onerosos costos de traslado, alimentación y alojamiento en la capital. Costos, que, además, suelen duplicarse debido a la necesidad de un acompañante de apoyo.

Cada año, el INEN atiende a 12 mil nuevos pacientes de cáncer, el 60% de ellos, personas sin domicilio en Lima y que provienen de casi todas las regiones del Perú.

Con esta medida, la Ley Nacional del Cáncer, aprobada en marzo de 2022, comienza recién a cobrar sentido y concretarse en la realidad. Una disposición que tenía como objetivo “garantizar la cobertura universal, gratuita y prioritaria de los servicios de salud para todos los pacientes oncológicos, indistintamente al tipo de cáncer que padezcan, con la finalidad de asegurar el acceso al derecho fundamental a la salud”.

Si bien se ha saludado este avance desde distintos sectores de la sociedad, se ha señalado asimismo que, el cambio sea efectivo, quedan pendientes otras normas complementarias que todavía no se han emitido para que la ley se aplique plenamente. Así que manos a la obra, señores del Ejecutivo.