Gabinete de crisis en Palacio de Justicia

Una suerte de tregua o de nuevo aire se siente en el Poder Judicial con la elección del juez supremo Víctor Prado Saldarriaga como su presidente. Él estará al frente de esa vapuleada institución por los próximos cinco meses, hasta que culmine la gestión que inició Duberlí Rodríguez. Como se recuerda, Rodríguez renunció en medio del escándalo de los audios de corrupción y componendas en el sistema de administración de justicia.

La elección de Prado Saldarriaga, un especialista en derecho penal, se dio por 10 de los 18 votos de la Sala Plena de la Corte Suprema. Una candidata de fuerza era la jueza Elvia Barrios. Sin embargo, ella declinó, pues la sala acordó no dar oportunidad de reelección y la magistrada quiere tentar el cargo en diciembre, para el próximo periodo 2019-2020.

Tras el anuncio de Prado Saldarriaga como presidente del Poder Judicial, hubo congratulaciones desde diversos espacios que resaltaban la trayectoria jurídica y académica del magistrado, y no hubo señalamientos en contra, lo que hace pensar que hay cierto consenso en que se trata de un personaje sobre el cual no habría cuestionamientos y goza de buena reputación entre los diferentes actores de la justicia.

La sentencia más conocida de este magistrado quizá sea la condena de 25 años de prisión al ex presidente Alberto Fujimori por los casos Barrios Altos y La Cantuta, dictada en 2009.

Ha dicho el juez Prado Saldarriaga que en el Poder Judicial han sentido el momento de crisis y que han aprendido de ello. Ojalá que los magistrados correctos, que los hay, hagan eco de ese buen propósito y que, acompañados por el personal de cada sala y juzgado, vayan más allá de las declaraciones, por ejemplo, denunciando internamente la corrupción en sus diversos grados.

Son los miembros del Poder Judicial los que realmente protagonizarán la gran reforma cuyos lineamientos generales y primeras medidas debe anunciar este sábado, ante el Congreso, el presidente de la República, Martín Vizcarra.

Bajo la gestión de Prado Saldarriaga, que es corta y de gabinete de crisis, debe lanzarse una clara señal a los peruanos en busca de, como dijo ayer él mismo, una nueva oportunidad para que la sociedad, y en especial los jóvenes, recupere la confianza en sus autoridades.

Los audios de la vergüenza nos asquearon a todos. No más Hinostrozas o Ríos, tampoco Duberlís. La justicia debe ser firme y recta, comenzando por su propia casa.