Por el día de la madre

“Karla y su hermana Sara son gemelas, van al mismo colegio, y desde hace más de un año también comparten una misma responsabilidad: ser madres. (...) Karla perdió la virginidad a los 14 años y salió embarazada a los 15. Lo más difícil de su embarazo, dice, fue contarles a sus papás luego de que su abuela descubriera que tenía cinco meses de gestación”. Esta historia, recogida por Lourdes Fernández para El Comercio, es la historia de dos hermanas en Nauta, Loreto, pero también de otros miles de adolescentes en el Perú.

Durante 2017, cerca del 13.5% de adolescentes peruanas de entre 15 y 19 años fueron madres o tuvieron su primer embarazo. Además, cada día, cuatro adolescentes de 14 años o menos quedan embarazadas y ese número aumenta a 10 embarazos por día entre las jóvenes de entre 15 y 19 años. ¿Cuántos de estos embarazos pueden haber sido planificados? Sin contar violaciones.

Estos datos de la Encuesta Demográfica y de Salud Familiar del INEI los he mencionado varias veces en esta columna, pero pareciera que algunos congresistas y voceros del sector facho local no los procesan. Están cegados por su moralina e insisten con la necedad de la ideología de género. Privilegian su posición política y religiosa sobre la realidad de miles de mujeres. Prefieren boicotear cualquier esfuerzo por cambiar esa tragedia que suele, además, golpear con mayor crudeza a las mujeres más pobres.

¿Acaso luego los Arimborgo y Rosas se hacen cargo de esas familias? Por el contrario, las madres adolescentes terminan estigmatizadas por una sociedad que les impidió acceder a información para decidir y que luego les da la espalda.

A aquellos a los que les aterra la educación sexual o enfoque de género, piensen en esas mamás quinceañeras que celebraron su día el último domingo. Se trata de ellas, no de ustedes.