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Déficit fiscal y principios básicos

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Déficit fiscal y principios básicos
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La pandemia ha causado estragos en el empleo. La población necesita ingresos. De eso no hay duda y hay que apoyarla. Lo otro que está claro es que si no se detiene el crecimiento de los contagios, no se podrá tener seguridad de la recuperación de la economía. En estas circunstancias, es natural que aparezcan pedidos para que el gobierno ponga dinero en todas partes. Sin embargo, existen diferentes formas de hacerlo. Aquí algunos temas que debemos tener en cuenta.
En primer lugar, el dinero no crece en los árboles. Para que el gobierno gaste más, el dinero debe salir de algún sitio. Entonces, se requiere de alguna fuente de ingresos para poder financiar el exceso de gastos. Ahí aparecen los impuestos y la deuda. Subir los impuestos en un contexto de recesión no tiene ningún sentido. Podemos endeudarnos más, pero esa deuda tiene que pagarse más adelante, seguro con más impuestos. Por lo tanto, se compromete el futuro; si se considera que eso no importa, entonces es una opción. Así vivimos en el pasado y terminamos en la crisis de los años ochenta.
En segundo lugar, si el gobierno gasta por encima de sus ingresos, que es lo que ocurre ahora, aparece el denominado déficit fiscal, que se cubre con deuda. Aquí todo depende de cuánta deuda estemos dispuestos a tomar, pues la pagaremos todos.
En tercer lugar, y en el escenario ideal, ¿no sería mejor detener los contagios para reactivar la economía y así aumentar los empleos? El problema con esta opción es que no parece, a juzgar por los expertos, existir una estrategia para parar la propagación de los contagios.
En cuarto lugar, nunca sacrificar ingresos futuros por consumo presente. Todos necesitamos una pensión. No se trata de discursos populistas para el aplauso de la población. ¿Qué pasará cuando llegue el momento en que se jubilen? No tendrán nada. Entonces, debemos buscar otra opción de ayuda temporal y focalizada, pero es un despropósito que a la población que aporta al sistema de pensiones (público o privado) se le incentive a retirar su dinero ahora. Si alguien dice “es mi dinero y hago lo que quiero”, es válido; lo que no me imaginé es que fuéramos un país tan liberal. Pregunta: ¿por qué existen sistemas de pensiones en todo el mundo?
En quinto lugar, siempre que se destine un dinero a un fin, debe tomarse en cuenta que ese dinero puede usarse en otras opciones. Preguntarnos: ¿qué es lo que estoy dejando de hacer al usar el dinero de este modo? Se llama costo de oportunidad.
Si el gobierno usa más dinero, digamos en pagar los 18,000 millones de soles que se entregarían a los aportantes y jubilados de la ONP, ¿en que se hubieran podido usar esos 18,000 millones? Digamos en 200 hospitales o dos bonos universales a todos. Si acepto que eso es lo que estoy dejando de hacer, entonces adelante, pero la población que pierde debe ser informada.
Por último, siempre pensar en el largo plazo. Es nuestro futuro como ciudadanos. El sesgo hacia el corto plazo (el aplauso de los que aparentemente luchan por los pobres) ya es historia vieja en el Perú. Termina dañando a los que decían que iban a beneficiar.
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