/getHTML/media/1229553
Mensaje a la Nación de Dina Boluarte por Fiestas Patrias
/getHTML/media/1229522
Se realiza la Misa y Te Deum por Fiestas Patrias
/getHTML/media/1229342
Nicolás Yerovi: "Celebramos la sobrevivencia"
/getHTML/media/1229339
Fernán Altuve: "¿Presentar candidato de 87 años se puede considerar estabilidad?"
/getHTML/media/1229338
Orgullo de ser peruano: ¿Qué nos hace sentirlo?
/getHTML/media/1229336
Nancy Arellano sobre Elecciones en Venezuela: "Esta no es una elección tradicional"
/getHTML/media/1229265
Zelmira Aguilar: "Alejandro Villanueva creó el estilo de juego de Alianza y Selección"
/getHTML/media/1229195
Cherman: "Quien me quiebra el lado patriótico fue Juan Acevedo con Paco Yunque"
/getHTML/media/1229190
Marco Poma CEO de Tkambio: "Perú está atrasado en materia de 'open banking'"
/getHTML/media/1229009
Javier Arévalo, escritor: "Sin bibliotecas, el hábito de leer no nace en los niños"
/getHTML/media/1228674
Mujeres Aymaras sorprenden con su arte en Desfile de Modas
PUBLICIDAD

Es nuestra historia

Imagen
'La Revolución y la Tierra' es una investigación sobre la Reforma Agraria de 1969. (Foto: New Century Films)
Fecha Actualización
Luego de ver La revolución y la tierra, dirigida por Gonzalo Benavente, confirmo que en el Perú preferimos no hablar de nuestros problemas. Optamos por enterrarlos en el olvido, dejando, por ignorancia o pasividad, que se impongan quienes prefieren que el país no tenga memoria o moldear la oficial de acuerdo a sus intereses. No es casual que la narrativa que se ha logrado imponer en el discurso hegemónico sobre la reforma agraria no considere la voz de los campesinos y trabajadores agrícolas. Casi no se habla del régimen que sirvió en varias de las haciendas, muchas veces cercano a la esclavitud, para enriquecer a unos pocos. Sabemos casi nada sobre los antecedentes que nos llevaron a una reforma que era inevitable y que, como era consenso en esos años, ya desde gobiernos previos al velasquismo estaba siendo pensada. La revolución y la tierra llega para enfrentarnos con una historia que por mucho tiempo ha querido ser enterrada.
En el sentido común limeñista, la memoria de esos años se agota en el golpe, autoritarismo y contradicciones de Velasco, y en los errores de implementación de la reforma, pero poco se habla de los legados sociales que esta última dejó y que cambiaron el Perú para siempre. No es descabellado pensar que gracias a ella Sendero Luminoso no llegó a calar a un punto en el que se hiciese invencible.
Sería un error dejar de ver este documental por prejuicios ideológicos. Peor si se dejan llevar por quienes comentan sin verla. El trabajo de Benavente y el talentoso equipo que lo acompañó en este proyecto es un esfuerzo invalorable por refrescar la memoria de un país que cree que al no hablar de sus problemas estos se esfumarán.
Esta semana es crucial para mantenerla en cartelera. Si no la han visto, apuren en comprar sus entradas.
PUBLICIDAD
PUBLICIDAD