Calle, pero elegante

Arsenio Lupin es un personaje de ficción francés creado por el escritor galo Maurice Leblanc, quien ha sido comparado con el inglés Arthur Conan Doyle por las similitudes en astucia con su personaje estrella Sherlock Holmes. Lupin es un caballero/ladrón. Un señor con clase, pero que utiliza su astucia para delinquir. Están en el lado equivocado de la ley, pero debido a su carisma no es percibido como ‘malo’.

La serie de Netflix tiene como protagonista a un aficionado del personaje literario de Leblanc que utiliza las mismas técnicas y trucos para cometer crímenes en plena luz del día, sin ser detectado. Este personaje llamado Assane es interpretado por el carismático Omar Sy, quien se hizo famoso a nivel internacional por la película de 2011 Los Intocables. Lo de caballero lo copia como la versión literaria, siempre respetuoso, hábil con las palabras y dispuesto a ayudar a quien lo necesita. Es encantador para el resto de los personajes y para el público.

La serie es ágil, rápida y entretenida. Tiene, además, el mérito de lograr el éxito en un idioma que no es el inglés, algo que cada vez más queda demostrado como una posibilidad y que incentiva las producciones regionales a realizar proyectos en su propio idioma para mantener la originalidad de la trama y mostrar la cultura del país. Muestra, asimismo, escenas del París conocido y del desconocido, herramienta importante en estas épocas en las que escasean los turistas en todas partes.

Mi crítica es que esta serie recurre al estereotipo del pobre ladrón, donde se justifica el crimen si es que tiene un motivo ulterior de necesidad o si el agraviado es un enemigo. Si bien la serie es original de Netflix, no es original en su tema, ya tan repetido antes. Este tipo de series incentivan un mensaje de venganza y refuerzan el odio que puede tener el espectador hacia quien considere que, por su actitud, valores o mejor suerte, es en realidad un villano.