Déjame que te cuente limeño, déjame que te diga la gloria que evoca la memoria, del viejo puente, el río y la alameda. Con esos versos, María Isabel Granda Larco, Chabuca Granda, iniciaba su vals La flor de la canela como un llamado de atención a los limeños para no olvidar las tradiciones de una ciudad señorial que cambiaba.