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La historia de una mujer que fue abandonada de niña y descubrió su origen 80 años después

La mujer pasó gran parte de su vida buscando la identidad de sus padres biológicos y, gracias a los avances en genética, encontró respuestas.

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Anthea Ring conoció la identidad de sus padres tras décadas de búsqueda. (Foto: BBC)
Fecha Actualización
Una tarde de agosto, la familia Shannan salía de paseo en las colinas británicas de South Downs, en un día cálido, de esos en los que no encuentras sombras frescas. Fue cuando encontraron a una bebé, de un año aproximadamente, es aquí donde comienza una gran historia.
Las manos de la bebé estaban atadas y su vestido rosa no pudo defenderla de los insectos que vivían entre los arbustos donde fue dejada. Decidieron adoptarla, sería entonces la quinta miembro de la familia. Su nombre: Anthea.
Nueve años después de este episodio, Anthea jugaba con su amigo Peter afuera de su casa, y en una discusión de niños le echó encima una noticia que no se esperaba cuando ella amenazó con acusarlo con su mamá:
“No es tu madre, eres adoptada”, le replicó él.
Anthea impactada fue por respuestas y sus padres adoptivos tuvieron una conversación serie con ella: “Me dijeron que me habían dejado en la puerta del Hospital Worthing cuando era una recién nacida”, cuenta Anthea para BBC.
Sin embargo, no se le pasaba aún por la cabeza averiguar sobre sus padres biológicos: “No se me pasó por la cabeza pensar quiénes eran”, asegura.
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A los 15 años, Athea fue a trabajar a unos almacenes en el centro de Londres, para posteriormente titularse como enfermera en Bath, donde conocería a su pareja, Francis, con quién tendría dos hijos.
Ya en 1961, Anthea llevó fotos de su hija Christine cuando era bebé a casa de sus padres. Ellos le dijeron que era un vivo retrato de Anthea a su edad.
“Entonces mi padre le dijo a mi madre: tienes que mostrárselo ahora, Peggy”, y ella subió las escaleras”, recuerda Anthea.
Su madre bajó con un recorte de periódico con la imagen de una bebé, diciéndole que era ella, cuando era bebé. Entonces supo que la familia la había encontrado en una colina cerca de Worthing en 1937, y no en un hospital como le había dicho cuando era niña.
Muchos años pasaron y su descendencia creció. Fue su nieto Aaron, viva imagen de Anthea, quien despertó la curiosidad sobre sus orígenes. En 1994 accedió a un grupo llamado Norcap, que ayudaba a adultos adoptados en su niñez a encontrar a su familia biológica.
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Luego de muchos de investigaciones que parecían no llegar a mucho, decidió hacerse una prueba de ADN, en el año 2012, cuando ya tenía 75 años de edad. Esta reveló que era 92% irlandesa, y estaba relacionada a algunos primos en Estados Unidos e Irlanda.
Una prima llamada Joan, en Carolina del Norte, pidió a otros familiares sacarse una prueba, revelando que estaban vinculados por el lado materno de su padre.
“Conocí a Joan en 2013. Fue la primera familiar de sangre que conocía en mi vida”, dice Anthea.
En 2016, Anthea tuvo la ayuda de la genetista Julia Bell, quien la animó a sacarse otra prueba de ADN, pues el banco de datos se había actualizado en gran medida en comparación al 2012.
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Así descubrieron que su madre se llamaba Lena O’Donnell, sin embargo, se desconocía la razón por la cual dejó a la pequeña Anthea en ese lugar, y algunas teorías se han tejido al respecto, con las distintas circunstancias de la época.
Después de hacer varios descartes con algunos posibles familiares, encontró la identidad de su padre biológico de una manera muy extraña: su posible padre había escrito cartas a su familia, obtuvieron el ADN de la saliva en las cartas.
Así se comprobó que el padre era Patrick Coney, quien quizás no tuvo idea de que tenía una hija, pues no se le conoció pareja posteriormente, nunca se casó.
Ahora, siendo una octogenaria, le dio gracias a la genética por permitirle conocer a sus padres biológicos, sin embargo, nunca podría hacer de menos a los Shannan, quienes le dieron un hogar y una familia.
“Mi madre era Helena McDonnell, pero mi familia eran Margaret y Douglas Shannan”, señaló a sus nietos e hijos en una fiesta familiar.
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