Directora de UNICEF llama a gobiernos a actuar para mantener la seguridad en escuelas tras tiroteo en Texas

“Una tragedia tras otra, un tiroteo tras otro, una vida de un joven tras otra: ¿cuántos más niños y niñas tendrá que morir antes de que los líderes gubernamentales actúen para mantener la seguridad de los alumnos y de sus escuelas? Porque si no lo hacen, estos horrores seguirán ocurriendo”, indicó Russell.

En ese sentido, destacó que las escuelas deberían ser el segundo lugar más seguro para los jóvenes, además de sus hogares: “Una vez más, los niños han sido atacados y asesinados mientras asistían a la escuela, el único lugar donde deberían estar más seguros, además de sus hogares. Esta vez ha ocurrido en Uvalde, Texas”.

“Ayer ocurrió en Texas. ¿Dónde ocurrirá la próxima vez? Este año ya hemos visto atentados horribles en escuelas de Afganistán, Ucrania, Estados Unidos, África Occidental y más allá”, expresó.

De Salvador Ramos se sabe que recientemente había cumplido de 18 años, residente de Uvalde y que no estudiaba en Robb Elementary School, sino en una escuela secundaria cercana.

Antes de partir al colegio le habría disparado a su abuela, según los responsables del Departamento de Seguridad Pública de Texas.

Llegó a la escuela en una camioneta que chocó contra una zanja, bajó vistiendo un chaleco antibalas y portando una rifle semiautomático AR-15 y cargadores de alta capacidad.

Sin antecedentes penales, se sabe que Ramos era un fanático de las armas, según dejó ver en sus redes sociales. Su cuenta de Instagram, donde subía fotos de sus rifles, fue cerrada minutos después que se diera a conocer su identidad.

En esta red social mantuvo una conversación con una mujer a quien le comentó el lunes que “estoy a punto de” y el martes, el día de la masacre, a las 7 de la mañana, le dijo: “Te voy a escribir en una hora, pero tienes que responder. Es un secretito y te lo voy a contar”.

A las 9:16 de la mañana agregó: “Voy a salir al aire”. Su último mensaje.

El diario The Washington Post, que ha hablado con familiares y amigos del agresor, describió a Ramos como un joven solitario que sufrió acoso escolar por sus problemas para hablar en la infancia y fue criado en un hogar desestructurado.

En los últimos años, había tenido reacciones violentas contra personas más cercanas y desconocidos.

El abuelo de Ramos, Rolando Reyes, de 72 años, dijo a ABC News que no tenía ni idea de que su nieto hubiera comprado dos rifles AR-15 o que los tuviera en su casa.

Reyes apuntó que el martes por la mañana, antes del tiroteo, no vio nada inusual que augurara lo que iba a pasar. Según él, el sospechoso tuvo una pequeña discusión con la abuela sobre la factura de teléfono.

Ramos residía con sus abuelos después de haberse peleado con su madre y ocupaba una de las habitaciones de la casa donde dormía en un colchón en el suelo, reveló Reyes a ABC News.

Hasta el momento no está claro el motivo del crimen, solo se sabe que Ramos actuaba solo.