¿Qué pasa por la mente de un violador y por qué no es justificable?

Nada, absolutamente nada, justifica una violación. Lima es la quinta ciudad más peligrosa para las mujeres y el reciente abuso sexual cometido contra una empadronadora durante la jornada del Censo 2017 es una prueba de por qué califican al Perú como 'un país de violadores'. 

La psicóloga y especialista en trauma Yenny Lloret de Fernández del Centro de Psicoterapia Psicoanalítica de Lima conversó con Perú21 para contarnos qué pasa por la cabeza de un violador y por qué no existe justificación para aquellos que realizan este execrable hecho. 

"Para cometer un acto así algo en su personalidad no está funcionando, pero esto no justifica el daño que pueda ocasionar porque es una persona que muy bien puede diferenciar entre lo que está bien o lo que está mal", dijo la especialista. 

SIN EMPATÍA
?La psicóloga explicó que el violador carece de empatía y se mueve por una sensación de poder al cosificar a la víctima y someterla.
 
"Más allá del placer de la violación y el placer sexual, se ve el placer de tener el poder sobre el otro en la intencionalidad de querer hacer daño", sostuvo a Perú21. 

PLACER EN SOMETER
Un agresor sexual no actúa en función de tener la libido alta o baja, sino en las ansias de dominación al someter a la agredida. 

"La ve a la persona con cierta indefensión, de nunca poder igualar —en la mayoría de los casos— el poder y la fuerza física de un hombre sobre la mujer. Quiere conseguir un placer por las ansias de poder", explica la especialista.  

SIN CULPA
En la mayoría de los casos, los violadores no muestran arrepentimiento después de atacar a su víctima, por tal razón la experta considera que la rehabilitación en un agresor es casi improbable: "Sinceramente, no creo que sea una cosa de una fase de rehabilitación porque son muchas las variables. Si se comete un acto de esta naturaleza y no siente culpa es bien difícil decir que se pueda rehabilitar y ser una persona en la que podamos tener plena confianza".