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Conoce la historia de Sebastián, el primer niño con un marcapasos de adulto en el Perú

Médicos del Hospital Dos de Mayo implantaron por primera vez un marcapasos con dos cables conectados al corazón de un niño y salvaron la vida del menor cuya vida corría peligro, porque su corazón dejaba de latir por momentos.

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Médicos del Hospital Dos de Mayo realizan exitosa intervención a niño de 5 años. (Luis Centurión)
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Se importaron cables más delgados desde Alemania para realizar la intervención. (Luis Centurión)
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La familia de Sebastián está satisfecha y agradecida por la proeza médica.
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Médico Pablo Mendoza explica al pequeño Sebastián el procedimiento. (Gerson Hidalgo Lobatón/Hospital Dos de Mayo)
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Médicos analizan el correcto funcionamiento del marcapasos en el pequeño Sebastián. (Gerson Hidalgo Lobatón/Hospital Dos de Mayo)
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Después de días de angustia, el pequeño Sebastián se encuentra saludable. (Gerson Hidalgo Lobatón/Hospital Dos de Mayo)
Fecha Actualización
Sebastián es un niño inquieto. A sus cinco años, es mucho más curioso que los niños de su edad. Corre, juega, salta y hace todo tipo de preguntas. Por eso nadie sospechó que podía sufrir una enfermedad cardíaca y mucho menos que su vida estuviera en peligro.
“Lo traje a Lima para que le tomen la medida de sus lentes, porque se esforzaba mucho y en Huancayo no hay oftalmólogos pediatras. La noticia de que tenía que ser intervenido por una falla cardiaca nos tomó por sorpresa”, cuenta Sharom Salvador Tacunan, madre del pequeño.
Sebastián era asintomático, por eso nunca se desmayó, no le dolió la cabeza ni presentó alguna molestia. Sin embargo, presentaba una cardiopatía congénita que lo hacía esforzarse mucho para las actividades físicas. “Yo observaba que a veces mi hijo estaba corriendo y de pronto se sentaba y parecía cansado, pero a los minutos ya estaba jugando otra vez, nunca pensé que eso podía ser del corazón”, manifiesta su madre.
Al saber de la enfermedad del pequeño, Sharom y su familia buscaron la opción más rápida para garantizar su salud y bienestar. Por eso, pese a que contaban con el seguro social de Essalud, decidieron gastar sus ahorros para llevar al niño a diferentes hospitales de Lima, donde fue examinado por distintos médicos y especialistas.
Las pruebas determinaron la urgencia de una intervención, pues Sebastián tenía 30 latidos por minuto, cuando lo normal en los niños es tener unos 80 latidos. Pero no solo eso, cuando el pequeño dormía había espacios de 5 segundos en que su corazón dejaba de latir. “En cualquier momento le podía dar un paro cardiaco”, recuerda Sharom.
El tratamiento

Tras el diagnóstico, el menor fue trasladado de inmediato al Hospital Dos de Mayo, donde el médico Pablo Mendoza Novoa, electrofisiólogo y cardiólogo, le colocó un marcapaso endocárdico bicameral, un modelo que se utiliza en adultos y que por primera vez fue utilizado con éxito en niños.
“Sebastián tenía un bloqueo aurículo ventricular de tercer grado, quiere decir que había una desconexión completa entre la parte alta y baja del corazón. Normalmente estas dos partes están conectadas por un nodo aurículo ventricular, pero en el caso del pequeño esto no estaba funcionando bien desde el nacimiento. El corazón estaba anatómicamente bien, pero había un problema eléctrico que afectaba la frecuencia cardiaca”, explicó el especialista.
Mendoza advirtió que, de no ser operado, Sebastián podría haberse desmayado, tener problemas de irrigación cerebral, su corazón podría haber crecido demasiado o podría haber sufrido un paro cardiaco.
En el mundo se estima que uno de cada 11,000 niños nace con este defecto y normalmente es causado por los anticuerpos que produce la madre durante el embarazo.
“La mejor opción para este caso era colocar un marcapasos que regule su frecuencia cardiaca. En el Perú es común colocar los marcapasos a niños pequeños, pero de manera epicárdica, osea haciendo un orificio por la barriga del menor para colocar un cable por encima de corazón. Pero en el adulto, ante un bloqueo, se utiliza un marcapasos con un cable colocado en la parte alta y otro en la parte baja, los cuales se conectan a una pila que sincroniza el movimiento. Este tipo de marcapasos es el que se ha colocado a Sebastián y es una intervención que se hace sin abrir al paciente”, precisó.
Mendoza refirió que este tipo de procedimientos no se practicaba antes porque las venas de los niños son delgadas y los cables que se usan para adultos son muy gruesos. Sin embargo, ahora se han importado cables especiales desde Alemania, que son mucho más delgados que los convencionales y permiten llegar al corazón por la vena, sin hacer un corte.
“Mi hijo tiene una marca pequeñísima, es apenas como el rasguño de un gato. Por eso permitió que al día siguiente de ser intervenido fuera dado de alta y que su recuperación sea casi inmediata”, cuenta Sharom.
Avance será beneficioso

Los marcapasos tradicionales en niños tienen una duración menor a siete años. En cambio, con la innovación quirúrgica practicada en el menor, el marcapaso tendrá una duración de hasta 13 años. Además, ese aparato tiene protección para que el paciente pueda ser sometido a resonancias magnéticas.
“Gracias a Sebastián, esos cables ya están disponibles en el Perú. Eso hará que se puedan hacer más intervenciones a niños más pequeños, desde los 10 kilos de peso, mejorando su calidad de vida”, sostuvo Mendoza.
Este tipo de intervención cuesta en promedio en el país 12,000 soles y en esta oportunidad fue asumida por la familia de Sebastián, pero el Seguro Integral de Salud (SIS) también cobertura el procedimiento para sus afiliados.
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