“El secreto de la familia Greco”: Mira la increíble transformación de Fernando Colunga

La historia de esta serie está inspirada en Arquímedes Puccio, quien atemorizó a Argentina durante los años 80 tras establecer un clan familiar dedicado al secuestro, extorsión y sicariato.

Este caso policial conmovió a todo el país sudamericano, y Fernando Colunga interpretará precisamente al patriarca de los Greco, que en la vida real fueron los Puccio, una familia que se dedicó a múltiples delitos para mantener su alto estatus en la sociedad argentina.

Su banda la integraban sus hijos Alejandro y Daniel, Guillermo Fernández Laborda, el coronel Rodolfo Franco, y como síndico, el contador Revuelta; siendo su lugar de operaciones su propia casa ubicada en Martín y Omar al 500 en San Isidro.

Aparentando ser una familia común y corriente, los Puccio pasaron inadvertidos por muchos años, teniendo como fachada un establecimiento de artículos deportivos náuticos instalado en su misma vivienda y un bar al costado del edificio donde residían. Esto para ganarse la confianza de sus futuras víctimas.

El arresto de este siniestro personaje se dio cuando habían secuestrado a su cuarta víctima, la empresaria Nélida Bolloni de Prado, quien tenía en ese entonces 58 años, estando en cautiverio por un mes. Hasta ese momento, solo se le conocía a ella como la única víctima del clan familiar.

Cuando la policía allanó el hogar de los Puccio el 23 de agosto de 1985, la escabrosa verdad salió a la luz. De esta manera, cayó la familia tradicional que trató por todos los medios de mantener el estatus social. Pese a todo en contra, el patriarca negó sus crímenes y aseguró que era un patriota y un preso político.

Fue condenado a cadena perpetua. En prisión se convirtió en evangélico y realizó cursos para ser abogado. En abril de 2008, más de dos décadas después de ser condenado, se le dio libertad condicional gracias a la ley 2x1, siendo trasladado al Instituto Correccional Abierto de General Pico La Pampa, luego que se le revocara la prisión domiciliaria que cumplía en Buenos Aires, por haber violado las condiciones de la misma, estando allí.

Tras conseguir su libertad condicional nuevamente, vivió en General Pico, ejerciendo como abogado mientras vivía en el hogar de un pastor evangélico. Posteriormente, convivió con una mujer mucho menor que él, trasladándose tiempo después a una pensión, en donde falleció finalmente.