El 36% de empresas de Latinoamérica y sur de Europa ha iniciado sus planes de inteligencia artificial

En la actualidad, aunque apenas un 10% de las compañías dispone ya de un plan de IA completamente integrado en sus estrategias, el 36% de ellas ya ha iniciado su elaboración y solo una de cada cuatro no prevé tenerlo en el mediano plazo, lo que demuestra la importancia estratégica que la IA va a tener en los negocios.

A esta conclusión llegó el Informe Ascendant Madurez Digital 2024, publicado por Minsait, empresa de Indra con presencia en nuestro país (Indra Perú). En esta ocasión, bajo el título “IA, radiografía de una revolución en marcha”, el estudio abordó el contexto y grado de adopción de la inteligencia artificial por parte de las empresas y las administraciones públicas.

Para ello, se ha analizado la información brindada por más de 900 organizaciones del sur de Europa y América Latina, en la que participaron compañías peruanas.

“Percibimos un salto cualitativo que avanza hacia nuevos modelos de gestión, en los que la IA se integra en todas las funciones de la organización, facilitando a las personas que puedan centrarse en actividades de mayor valor”, indicó Luis Abril, consejero ejecutivo de Indra y director general de Minsait.

“Para conseguirlo, uno de los grandes retos de compañías e instituciones es acelerar la innovación y el escalado ágil y flexible de la inteligencia artificial, con el fin de no perder el tren de la competitividad y continuar creciendo de forma sostenible”, agregó.

El Informe Ascendant de Minsait constata que, aunque las compañías de todos los sectores parten de un bajo nivel de adopción de la IA, son conscientes del reto que supone impulsar y capturar todo su valor a medida que avanza la tecnología.

Es llamativo que muchas se estén lanzando ya al despliegue de casos de uso, sobre todo de inteligencia artificial generativa, lo que ha dado una eclosión de referencias en una etapa muy anterior a lo que habitualmente ha sucedido con otras tecnologías emergentes.

Pues, lejos de eclipsar a su versión tradicional, donde aún existe mucho valor por capturar, la IA Generativa se ha convertido además en el multiplicador para la implementación de casos de uso y acelerar su llegada a las empresas.

Entre las compañías que ya han iniciado este camino, según el Informe Ascendant, un 72% lo ha hecho con la motivación de incorporar la IA en su eficiencia operativa, un 34% para mejorar la toma de decisiones y un 31% en la evolución de la experiencia de sus clientes y usuarios internos.

De acuerdo con el estudio, en general, se perciben ciertas reservas a explorar otros ámbitos o a facilitar acciones autónomas por parte de la inteligencia artificial; y priman por el contrario casos de uso relacionados con la evolución en las operaciones.

Otros ámbitos de la cadena de valor en los que se ha puesto foco son la aplicación de la IA a la gestión del riesgo y la ciberseguridad (54%), el TI corporativo (37%), marketing (36%) y ventas (33%); lo que ha incentivado el desarrollo de casos de uso en ámbitos como el análisis predictivo para la toma de decisiones, la investigación y el diseño de nuevos productos y servicios, el diseño y personalización de campañas, la predicción de la demanda de clientes, o la generación de código TI.

Dentro de esta velocidad que comienza a tomar la IA en las organizaciones, la nube y contar con un buen ecosistema de aliados e hiperescaladores se ha convertido en la base tecnológica para su adopción a gran escala y, en el caso de IA Generativa, prácticamente en un imperativo debido al coste y al conocimiento que se requiere para entrenar grandes modelos de lenguaje.

El 78% de las organizaciones dispone ya de infraestructura en la nube para fomentar la inteligencia artificial y una de cada tres tienen acuerdos con socios tecnológicos especializados.

Desde Minsait estiman que integrar la ética y la ciberseguridad desde las etapas iniciales de diseño, prueba e implantación de casos de uso de inteligencia artificial es básico para garantizar el uso responsable y seguro de los datos.

Aunque al día de hoy, según el informe, sólo un 9% de las organizaciones ha implantado soluciones y planes de ciberseguridad específicos para ello, las compañías ya están estableciendo propuestas adicionales para proteger los modelos de IA durante todo su ciclo de vida.

En cuanto al aprovechamiento sectorial de la inteligencia artificial, este es muy dispar, si bien Banca, Energía, Seguros y Telco ya han habilitado medidas para cambiar su enfoque hacia la IA o incorporar productos y servicios en su propuesta de valor basados en ella, otros como Consumo, Industria o AAPP se encuentran en fases más incipientes para poder explotar el máximo potencial de este recurso.

El informe recoge varios casos de uso, implementados ya en empresas e instituciones, que además tienen un componente de desarrollo sostenible relevante, actuando sobre la protección del ambiente, la generación de conocimiento, la lucha contra la desinformación, o el cierre de la brecha digital.

Esta proliferación de casos de uso ha acelerado la integración de la Inteligencia Artificial (IA) en las organizaciones. Sin embargo, aún persisten obstáculos que dificultan una adopción más ágil. Para el 36% de las compañías encuestadas, la escasez de profesionales cualificados es el principal desafío. Le sigue de cerca, con un 35%, la falta de visión y comprensión por parte de las capas directivas sobre el valor y el potencial de crecimiento que la IA representa para el negocio.

En tercer lugar, llama la atención la preocupación del 31% de las organizaciones respecto a la inestabilidad regulatoria y la ausencia de un marco normativo sólido que promueva el uso responsable y garantice el cumplimiento de la privacidad.

Este contexto limitante ha experimentado un cambio significativo con la reciente aprobación de la Ley Europea de IA (IA ACT), la primera normativa sobre Inteligencia Artificial en el mundo. Esta ley regula nuevos escenarios de oportunidad, incentivando así el uso responsable de este recurso empresarial.

“La inteligencia artificial es un recurso valioso para mejorar la competitividad de las empresas y las administraciones públicas en todo el mundo. Y, como siempre ha ocurrido con otras revoluciones de calado, la IA supone una disrupción en diversos ámbitos de la sociedad y viene acompañada de una serie de retos que habrá que gestionar (…). En el fondo, dar respuesta a estos retos permitirá seguir avanzando hacia un modelo de sociedad donde las nuevas tecnologías estén al servicio de las personas”, concluyó Abril.