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Un día como hoy nace Yma Sumac, la impresionante soprano peruana

Hace 98 años nació Yma Sumac (¡Qué linda! en quechua), el 13 de setiembre de 1922 con el nombre de Zoila Augusta Emperatriz Chávarri del Castillo, respecto al lugar de natalicio, hay un gran enigma: su acta de muestra que nació en el Callao, y se cuenta que ella decía que fue en Cajamarca por un tema de construcción de su exótico personaje en el extranjero.

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(Foto: GEC Archivo Histórico)
Fecha Actualización
Hace 98 años nació Yma Sumac (¡Qué linda! en quechua), el 13 de setiembre de 1922 con el nombre de Zoila Augusta Emperatriz Chávarri del Castillo, respecto al lugar de natalicio, hay un gran enigma: su acta de muestra que nació en el Callao, y se cuenta que ella decía que fue en Cajamarca por un tema de construcción de su exótico personaje en el extranjero.
Sobresaliente por su increíble registro vocal, que llegó a abarcar casi seis octavas (que, a decir de los entendidos, solo se ve en un ser humano una vez cada 100 años) en tiempos en que las cantantes de ópera alcanzaban entre cuatro y cinco; Yma Sumac fué una soprano única.
Poseía la única voz en el mundo que ha llegado a tener la misma tonalidad del sonido de los pájaros. Al cantar, Yma alcanzó una técnica llamada ‘triple coloratura’, que vendría a ser la misma vocalización que el trino de las aves.
A principios de la década de 1940, los peruanos que la escuchaban por radio, no daban crédito a lo que oían. De sus aparatos surgía la voz de una joven de dieciocho años capaz de hacer cosas con la voz que parecían irreales. Por momentos creían oír un pájaro, otros sentir los sonidos de la selva. Y sobre todo, parecía imposible que aquello fuese una voz humana. Pero era cierto, no había engaño: aquella joven terminaría siendo una de las voces más extraordinarias de las que haya quedado registro, y se convertiría en toda una celebridad de Hollywood.
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Un año antes de su arribo a Lima, el compositor ayacuchano Moisés Vivanco había formado la “Compañía Peruana de Arte”. Como estudioso de la música folclórica, Moisés asistió al concierto de Yma y le propuso integrar su conjunto musical. Entonces inició puntualmente su carrera a principios de 1942, el mismo año debutó internacionalmente en radio Belgrano de Argentina con una espectacular acogida del público. Entusiasmados por el éxito, ese mismo año el mánager y la cantante decidieron casarse; la boda se realizaría en la falda del volcán Misti, en Arequipa.
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En 1946, Yma Sumac, Moisés Vivanco y Cholita Rivero se lanzaron a la conquista de Nueva York formando el trío Inka Taky, al principio sin mucho éxito. Hasta que un cazatalentos de Capitol Records los escuchó y vio la gran oportunidad que allí se ocultaba: tomó del espectáculo lo que más podía encantar a los estadounidenses (el aire exótico y la belleza imponente de Sumac, que hacía perfectamente creíble el que fuese una verdadera princesa inca) e hizo que Vivanco, el compositor de la mayor parte de las piezas musicales, las arreglara para orquesta con toques más cercanos al jazz.
Manuel de Falla (compositor español) la escuchó, y no tuvo ningún dificultad en elogiarla, y no fue el único grande que la alabó: Stravinski también quedó enamorado de su canto.
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A finales de los cincuenta Yma se convirtió en la primera latinoamericana en conseguir una estrella en el Paseo de la Fama y la primera cantante femenina latinoamericana en formar parte de un teatro musical en Broadway. Su relación con el productor Lex Baxter y su orquesta la llevó a grabar cinco discos de gran éxito, uno de ellos Voice of the Xtabay ( logró vender rápidamente 100.000 copias sin apenas publicidad).
El salto al cine fue inevitable, en la cima de su carrera musical Yma Sumac también participó en la película Secreto de los Incas, en 1954 (con Charlton Heston y Robert Young), donde interpretaba uno de los tema que más fama le dio: Ataypura. Un papel como anillo al dedo para su leyenda y gracias al cual le concedieron la estrella en el Paseo de la Fama, antes de que el público norteamericana se cansara del exotismo (del suyo en particular y del resto en general) y triunfase en la hoy extinta Unión Soviética (URSS). En 1955 consiguió la nacionalidad estadounidense y publicó su disco de mayor éxito, Mambo!, donde hacía una hipnótica aproximación a los ritmos latinos desde las características únicas de su voz.
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Registro vocal incomparable
Yma Sumac tenía un amplio registro vocal, podía emitir notas por encima de una soprano de coloratura hasta los graves de un bajo, tenía uno de los rangos vocales más amplios jamás conocidos en una intérprete, siendo capaz de emitir notas desde la tesitura de sopranino, soprano, mezzo-soprano, contralto, tenor, barítono y bajo, fue la única persona capaz de hacer la triple coloratura o imitar a la perfección el trino de las aves. Su rango abarcaba desde Si a Re.
Las primeras grabaciones de Yma Sumac datan de 1944, y su discografía incluye canciones como A ti solita te quiero, El picaflor, La Benita, Amor, Amor indio, Waraka tusuy y Carnaval indio. Los títulos de sus álbumes y las fechas dan un apunte de la amplitud de la carrera artística de Yma Súmac: Voz del Xtabay (1950); Leyenda de la virgen del Sol (1953); Inca Taqui (1953);¡Mambo! (1955); Leyenda del jíbaro (1957); Fuego del Ande (1959), y en 1972 Milagros con música de rock.
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En los noventa, la moda del lounge provocó que Yma Sumac fuera sampleada y remezclada; su voz apareció en anuncios y en películas de culto como El gran Lebowski, en la que figura su tema Ataypura, y es citada por Vanessa Paradis en Joe le Taxi, como una de las cantantes preferidas del taxista del tema musical de la francesa. También entusiasma a Vinila Von Bismark o a Guille Milkyay, que le ha dedicado un tema. Su voz, de hecho, es objeto de constantes sampleados. El punk siempre la adoró.
En 1961 se embarcó en seis meses de gira por la Unión Soviética, donde obtuvo un éxito descomunal en sus conciertos acompañada por la Orquesta Sinfónica del Teatro Bolshói. El mismísimo Jruschov la felicitó y se mostró como un rendido admirador. Sin embargo, a partir de la década de los setenta, la estrella de Yma Sumac fue poco a poco declinando. Su estilo no parecía encajar en los nuevos tiempos.
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Su deceso ocurrió el 1 de noviembre de 2008 en Los Ángeles cuando tenía 86 años. Y fue enterrada por expreso deseo en Hollywood, la tierra que la recibió como la imposible princesa que cantaba como un pajarillo.
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