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Oswaldo Chanove: Un puntito en el universo

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Un puntito en el universo
Fecha Actualización
Si hay un autor que merece ser descubierto por nuevos lectores, ese es Oswaldo Chanove (Arequipa, 1953). Poeta de gran temple y narrador hilarante, ha venido publicando sostenidamente desde 1983, año en que apareció su primer poemario, El héroe y su relación con la heroína. Aunque es posible que encontremos una influencia de Emilio Adolfo Westphalen, su poesía es singular y tiene brillo propio.
En los versos de Chanove encontramos una veta amorosa y, además, están impregnados de erotismo. Sin embargo, hay poemas de impronta filosófica, como otros tantos salpicados de humor sutil, a veces jocosos. Su libro Canción de amor de un capitán de caballería para una prostituta pelirroja (2002) es una muestra de poesía amorosa —romántica, sutil y de una crudeza sin par—, de lo mejor en lo que va del siglo XXI en materia poética.
En su más reciente entrega, El motor de combustión interna, el poeta retoma y canibaliza —como apunta Mario Montalbetti en el prólogo— uno de sus poemas titulado “Átomos deliciosos”, que funciona como punto de despegue a sus reflexiones sobre la posición del hombre como parte del cosmos. Este es un libro de reflexión, en el que predominan los poemas de tenor filosófico, graficado en versos como este: “¿Cuándo empecé a imaginar por primera vez que yo soy solo yo?”.
Chanove emplea los paréntesis para dar énfasis a la voz reflexiva, la cual por momentos funciona como el coro de la tragedia griega. En otros versos encontramos reflexiones sobre el tiempo. “El instante está hecho de todo lo que pudo haber sido”, dice en el poema “Solar 102”. El hombre es un puntito en el universo que expresa su desconcierto ante esta certeza evidente, pero que escapa ante los dilemas cotidianos: “(¿A dónde vamos?) (¿Qué mierda somos?)”. El poeta se relee a sí mismo y reconstruye nuevos versos, como es el caso del poema “El héroe y su relación con la heroína” —clara alusión a su primer libro—, donde el erotismo emerge como un paréntesis para las preocupaciones existenciales.
Oswaldo Chanove debería ser uno de nuestros poetas más reconocidos, y un nuevo libro como este nos lleva a conocer una obra que tiene una frescura y potencia que nos desborda.