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Leslie Shaw: “No quiero ser una artista del momento, quiero quedar para la eternidad”

Fue rockera y llegó a Viña del Mar; pasó a las filas del reggaeton y se codeó con las estrellas; y ahora ingresa decididamente a la cumbia. Acaba de estrenar una canción con Armonía 10 y alista un disco de cumbias. Perú21 entrevistó a Leslie Shaw.

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Leslie Shaw alista un disco de cumbia. (Foto: Martin Pauca).
Fecha Actualización
Leslie Shaw está de cumbias. Hace unos meses grabó con los Hermanos Yaipén y ahora le toca el turno a la Universidad de la Cumbia, Armonía 10, que esta noche celebra 52 años de historia musical en la Explanada de Plaza Norte. La cantante y el grupo norteño han estrenado la canción “Pendejerete”.
Pero es cierto, no han sido las primeras cumbias de Leslie. Antes colaboró con el grupo uruguayo Márama y con Patrick Romantik, el peruano que brilla como compositor sobre todo en las arenas internacionales del reggaeton.
La primera cumbia de su vida fue “No me arrepiento de este amor”, de la argentina Gilda. Su hermana mayor la escuchaba y Leslie tenía unos 6 años de edad. Sonaba en casa junto a ópera, rock y pop. “Soy versátil”, advierte.
¿Por qué antes no te animaste a entrar a la cumbia de la forma que hoy lo vienes haciendo?
No me atrevía, estaba supermetida buscando un sonido urbano, lo que estaba de moda, buscándome un espacio en la industria musical. Pero desde chiquita escucho todo tipo de música. Mi papá escuchaba ópera, he cantado hasta ópera, estuve en Madame Butterfly. El primer disco que mi papá me regaló fue el Greatest Hits de Queen.
¿Qué edad tenías?
Nueve años. También compró Aerosmith. Después le pedí el disco de Christina y Los Subterráneos. También me encantaban las Spice Girls, Britney Spears, Christina Aguilera, Shakira. De ahí empecé a escuchar The Offspring, Limp Bizkit, Linkin Park, Gorillaz, empecé a irme a una onda más rockera y dejé de escuchar tanto pop.
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¿Cuándo una canción es mala?
Cuando el artista es malo.
¿Cómo es un artista malo?
Yo creo que hay muchos artistas que lo hacen por la fama, que no lo tienen en la sangre.
Hay quienes dirían que tú lo haces por la fama.
No me interesa lo que digan. Yo sé lo que soy y sé todo lo que he estudiado y me he preparado.
¿Quiénes lo han hecho por la fama?
Mucha gente que la pones en un escenario y no te canta bien una canción, no sabe bailar, te das cuenta de que está improvisando, de eso hay muchísimo aquí. Y me he dado cuenta de que eso no pasa en la cumbia. En la cumbia tienes que cantar sí o sí, sí o sí tienes que saber tocar un instrumento, sí o sí tienes que saber leer partitura, no puedes ser un improvisado y me encanta ese respeto.
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¿Por qué la cumbia es tan popular?
Es el respeto que la gente le tiene a las orquestas. Los ven en vivo y realmente son lo que suenan. Es real. Y a la gente le encantan los artistas genuinos.
¿Qué representa Armonía 10 para la cumbia peruana?
Es casi la raíz de la cumbia y se siguen reinventando. Yo los veo como rockstars.
¿Recuerdas la primera canción que escuchaste de ellos?
Claro, en el colegio… (se pone a cantar “Siempre pierdo en el amor”).
Que el padre escuche ópera, ¿cómo influenció en ti?
Por mi papá empecé a tocar violín desde muy niñita, me ponían profesores. Toda la vida he sido superempeñosa.
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Hace un rato hablamos de los malos artistas. Pero la canción con Armonía 10 habla de los malos hombres.
(Risas). Es que esos hombres sobran, había que hacer una canción así.
¿Cómo es un mal hombre?
Un ‘pendejerete’ pues. Un mujeriego, un mentiroso, sacavueltero, promete cosas a una mujer y no puede cumplir con la que tiene, de esos hay un montón, por eso a la gente le ha gustado tanto.
¿Te han tocado esos hombres?
He tenido un montón de ‘pendejeretes’ en mi haber.
¿Segura? No veo que seas muy confiada.
Bueno, una va madurando.
¿Has caído en la trampa de los ‘pendejeretes’?
Claro. Siendo chibola...
¿Ahora ya no?
Ya estoy grande (ríe). He tenido varios novios, sé lo que no quiero.
¿Qué quieres?
Ser libre.
¿Tener hijos?
Es lo primero que no quiero. No quiero tener hijos, quiero ser una mujer libre.
¿Casarte?
Eh (piensa sus palabras), sí… en algún momento.
¿Alguna vez lo intentaste?
He rechazado tres propuestas.
Habrán pensado que eras una mala mujer.
Mala sería aceptarlos y hacerlos cachudos.
¿Has sido infiel?
Sí. Muchas veces, por venganza, me he divertido mucho (sonríe con malicia). Soy bien vengativa. No perdono. Me encanta hacerlos sufrir (ríe).
¿Cómo llegas a los 35 años?
Me siento superlinda. Siento que el poder que tengo ahora no lo tenía antes.
¿Qué poder tienes ahora?
El conocimiento que he adquirido durante años de estar metida en la industria musical. Tengo una perspectiva de lo que quiero para mí.
¿No tienes una sed de venganza con el destino porque la pandemia, de alguna forma, frenó ese ascenso internacional que aparecía luego de que publicaste “La faldita”?
No. Yo creo que la pandemia me sirvió muchísimo para madurar.
¿En qué maduraste?
En todo. Antes no escribía mis canciones. Ahora abarco absolutamente todo.
¿Y en tu forma de ser cómo has madurado?
Soy más fría, más calculadora. Mis expectativas con la gente son muy bajas.
¿Por qué?
Hay gente muy mentirosa en la industria musical.
Pocas personas admiten que son frías y calculadoras.
Son mentirosas. Hay muchas caretas, mucha mentira, la gente se te voltea mucho por el dinero en la industria musical, es muy frío todo. Yo quiero dejar un mensaje, quiero construir, no quiero ser una artista del momento, yo quiero quedar para la eternidad.
¿Cómo se logra eso?
Siendo real, genuina.
El año pasado conversamos y al final te pregunté cómo te ves en el futuro y me dijiste que millonaria, con una mansión y tus perritos. ¿Cómo vas con eso?
Lo logré (risas). Me compré mi casa en Fort Lauderdale (Miami), me compré un Mustang convertible y tengo tres perritos.
¿Y eres millonaria?
No millonaria de dinero. Pero tengo todo lo que quiero, tengo todo lo que soñé.
AUTOFICHA:
-“Soy Leslie Ann Shaw Thays. Yo iba a ser Daniel, iba a ser hombre. Pero cuando nací, salí mujer. Tengo algo de lo masculino: soy mandona, no me gusta que me den órdenes; cuando un hombre se me pone por encima, chau, y siempre he sido así”.
-“Tengo 35 años. Nunca he sido la mujercita que le hace caso al novio, que está todo el día pegada a él. Yo siento que la gente me respeta más que antes. No hay que fingir que somos felices ni fingir que somos amigos de todos. Me siento 100% yo”.
-“Se viene mucha cumbia, más cumbia, con otros artistas. Se viene un EP que se llama Hay niveles, que será cumbia urbana. Me gusta el respeto que la gente le tiene a los artistas de cumbia, y es el respeto que yo sigo buscando para mi carrera”.

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