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Carlos Bernasconi, el arte de vivir

A sus 95 años, el pintor, grabador, escultor y escritor inaugura una nueva muestra de arte. Hoy, martes 6, en Dédalo de Barranco.

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El artista también incursiona como escritor. Ha publicado dos libros de relatos cortos, que están inspirados en situaciones del día a día. (Perú21/ Marco Ramón)
Fecha Actualización
Solo un verano trabajando en el hospital Dos de Mayo bastó para que Carlos Bernasconi confirme su pasión por el arte. “Mi padre fue médico. Por él acepté trabajar un verano ahí, cuando era adolescente, pero salí horrorizado y, una vez más, confirmé que lo que me gustaba era el arte”, admite con una sonrisa cálida y sentado en el escritorio de su taller.
Su lugar de trabajo, algo caótico pero acogedor, se encuentra en el segundo piso del Teatro de Lucía, que fundó con su esposa Lucía Irurita. Pero antes de su fundación, durante 42 años, el local funcionó como un taller de arte llamado Billar-T. Aún hoy se puede ver el nombre calado en el piso de la entrada.
A sus 95 años, Bernasconi sigue creando xilografías, esculturas y cuadros hechos con discos de vinilo, entre otras piezas. Y no para. Precisamente, esta noche inaugura una nueva exposición en Dédalo de Barranco.
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VOLVER A LA INFANCIA
Mientras selecciona algunas piezas para que posen junto a él en las fotos, me cuenta que siempre que puede dibuja y hace esculturas de caballos, porque lo conectan con una etapa de su vida importante. “Tras fallecer mi padre, cuando yo tenía 13 años de edad, mi abuelo se encargó de mí. Hice una travesura y decidió matricularme en el internado del colegio nacional San Ramón de Cajamarca”, detalla y precisa que ahí se dio la convivencia con ese animal.
También recordamos con Carlos su ingreso a la Escuela de Bellas Artes cuando el indigenista José Sabogal era director, pero al poco tiempo la institución suspendió sus actividades y no tuvo más remedio que ingresar a San Marcos, donde hizo dos años en Letras.
Pero regresó a la escuela y el pintor Ricardo Grau era el nuevo director, quien trajo consigo la corriente europea. El indigenismo perdió importancia, aunque luego volvió con Sérvulo Gutiérrez.
Mientras estudiaba, Bernasconi trabajó como grabador en la Casa de la Moneda. Armando Pareja fue su maestro. Posteriormente, viajó y estudió en España e Italia, donde continuó aprendiendo.
Retornó a Lima en el año 1956 y conoció a Lucía, quien sería su esposa y juntos viajaron a Ayacucho, donde Bernasconi fundó la Escuela Regional de Bellas Artes. Gracias a su compañera conoció a intelectuales y artistas como Sebastián Salazar Bondy, de quien sería gran amigo.
EL PROCESO DE CREAR
A diferencia de muchos de los artistas de su generación, él no crea directamente con la arcilla. “Lo primero es dibujar. Así comienzo mis trabajos”, explica sobre sus métodos. Luego, cuando ya tiene el dibujo y la idea de los colores que busca, pasa al material y da rienda suelta a su maestría.
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Creatividad que también se nutre de sus aventuras, caídas y buenos momentos. Todo suma para dar cátedra sobre lo que se logra por una pasión. Una vida que nuestro pintor la celebra y la disfruta. Porque, además, Bernasconi no solo es un artista completo, sino también una fuente viva de conocimiento y sensibilidad. Alguien a quien debemos valorar y respetar.
Datos:
- La inauguración de la muestra es hoy, 7 p.m., en Dédalo (Av. Sáenz Peña 295, Barranco). Va hasta el 18 de agosto. De lunes a sábado, de 10 a.m. a 8 p.m., y domingos, desde las 11 a.m.
- Sus obras han sido exhibidas en Italia, Estados Unidos, Venezuela y Brasil; además, en varias galerías limeñas.