[Opinión] Inés García Belaunde: La otra cara de la ley

Surgiendo en 2015 como un spin-off de la exitosa y premiada Breaking Bad, Better Call Saul fue ideada para responder a las preguntas que quedaron en el aire en su antecesora. Y aunque es una precuela, varía bastante respecto a la serie original. Aunque el narcotráfico es un aspecto importante, hay otros elementos que llegan a alcanzar prioridad.

Better Call Saul explica el origen de Jimmy McGill (Bob Odenkirk), el “fallado” abogado que, a lo largo de la serie, se va transformando, orgánicamente, en ese carismático estafador llamado Saul Goodman, el cual vimos en Breaking Bad. Logramos conocer a su familia, el bufete de abogados donde trabaja y el surgimiento de su origen como villano (tal como Breaking Bad lo hizo con Walter White). También llegamos a descubrir los orígenes de personajes secundarios icónicos como Mike Erhmantraut (Jonathan Banks) y Gus Fring (Giancarlo Esposito).

Aunque Better Call Saul nace de Breaking Bad, varía de la fórmula originaria. El spin-off usa bastantes de los elementos que hicieron de la serie original un éxito en sus tiempos, como escenas cinematográficas o diálogos profundos, pero también difiere de manera notable. Pasamos del mundo del narcotráfico al drama desplegado en una corte de abogados, mientras vemos cómo la vida de Jimmy es afectada tanto por su trabajo como por la influencia de sus seres queridos.

Odenkirk muestra todas las facetas de Saul Goodman, tanto el carisma como el resentimiento, la codicia y vulnerabilidad, lo que llega a describir a un personaje que antes solo conocíamos por su faceta de bufón. Cabe destacar las relaciones que mantiene con su hermano Chuck (Michael McKean) y su pareja Kim Wexler (Rhea Seehorn). En particular, ese romance carga un trasfondo emocional que no vemos en Breaking Bad. Ambos actores comparten una química que da credibilidad a sus escenas de amor.

La precuela nunca llegaría a sobrepasar a la original, considerando que Breaking Bad marcó un hito en la historia de la televisión. Pero si juzgamos a Better Call Saul por sí misma, sin comparaciones, encontramos una serie del mismo calibre.